Vaya piltrafillas, otro fotógrafo –y van tres hoy- de la República Checa. Este es Lubomir Mastera, quien recibió de manos de su padre el regalo de una cámara EXA. Tenía 15 años y a partir de ese instante decidió que lo único que quería hacer en la vida era fotografiar chicas. Diez años después pasó del blanco y negro al color porque descubrió que así las chicas aún quedaban más guapas en las fotos. Autodidacta, nunca ha estudiado –aunque ha leído muchos libros- pero ha expuesto en muchas galerías y ha publicado en varias revistas.
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