Es la hora de Emil Schildt, un fotógrafo que realizó estudios de música clásica y que, después de sus exámenes finales, decidió que necesitaba un descanso. Según sus palabras, aún está en ese descanso. Lo cierto es que durante su desconexión de la música Emil se dedicó a tomar fotografías, al principio retratos y más retratos y luego desnudos. Ha experimentado con todo tipo de cámaras y métodos de revelado, y es un apasionado de los cianotipos y el bromóleo. Piltrafillas, quizás el mundo se ha perdido un buen flautista, pero ha ganado un fotógrafo maravilloso.
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