Hoy os hablaré de un infecto título con el que el gore regresa a este blog, esta vez en su vertiente más vulgar y cutre. Me estoy refiriendo a The abomination, una película de serie Z rodada directamente en vídeo para el mercado del VHS producida, escrita y dirigida por Bret McCormick, aquí como su alter ego Max Raven. Protagonizada por Scott Davis, Jude Johnson, Blue Thompson, Rex Morton o Suzy Meyer entre otros intérpretes, la película se inicia con la voz en off del joven Cody Lee explicando a su psicoanalista que tiene horribles pesadillas en las que un demonio le obliga a matar. Lo malo es que para ilustrarlas, el realizador utiliza numerosas escenas de la película, algunas varias veces incluso, por lo que asistimos antes de los títulos de crédito a algo así como un tráiler cargado de spoilers. También veremos el primer asesinato de la película... que a lo largo del metraje se volverá a repetir.
Y es que si algo le sobra a esta The abomination –una vez hemos digerido que estamos ante un exponente de gore casposo de ínfimo presupuesto y de la ralea más baja que podamos imaginar– son minutos alargados sin sentido a fuerza de iteración de escenas. Así, gracias también a interpretaciones patéticas, litros de pintura roja y un sonido horrible, vemos como la madre del protagonista, seguidora del Hermano Frogg –uno de esos telepredicadores evangelistas que sanan el espíritu de seres solitarios, crédulos e ignorantes a golpe de talonario– provoca que la mujer escupa el tumor pulmonar que la tenía enferma, propiciando que este se desarrolle ocupando su hogar e infectando el cerebro de su hijo, para obligarle a traer carne humana con la que alimentarse. Total amigos, que como siempre os digo, si os gusta el cine ochentero de calidad mediocre o directamente mala como entretenimiento sin más, servíos un buen copazo de ron añejo colombiano como he hecho yo y disfrutadla sin complejos. Eso sí, luego olvidadla.
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