Vecina a la Catedral de Alexander Nevski está la Iglesia de Hagia Sofía, que da nombre a la capital búlgara y en respeto a la cual se nombra a la ciudad con la primera sílaba tónica. En realidad –aunque se la identifica como tal– no se trata de ninguna santa sino de la humanización de la diosa griega de la sabiduría. Con su origen en el siglo VI y edificada sobre una necrópolis en la antigua Serdica romana, sufrió diversas transformaciones y destrucciones hasta que a principios del siglo XX fue restaurada como templo ortodoxo utilizando los restos incluso paleocristianos que se encontraron en el lugar. No se permite hacer fotografías del interior, aunque lo cierto es que tampoco es especialmente bonito. En el exterior, custodiada por un león –el símbolo de Bulgaria– se encuentra la tumba del soldado desconocido. Y en el patio interior de un complejo administrativo gubernamental –cosas de la época comunista bajo la influencia soviética– que alberga por ejemplo el Palacio Presidencial o el Ministerio de Educación, se encuentra la Iglesia de San Jorge. Edificada por los romanos en el siglo IV sobre los cimientos de un templo pagano, es el edificio más antiguo de la capital. Atesora unos bonitos frescos del siglo X, pero tampoco os puedo mostrar imágenes.
De lo que sí os muestro fotografías es del Monumento a Sofía –erigido en el año 2000 donde años antes se levantaba una estatua de Lenin– y de los tres edificios del Largo, originales de la época comunista, con la antigua sede del Partido Comunista Búlgaro presidiendo la avenida bajo la cual se encuentran las ruinas de la antigua Serdica romana. Además del Ministerio de Educación o el Palacio de la Presidencia que os he mencionado antes, los edificios albergan actualmente oficinas, un centro comercial, un hotel, la sede del Consejo de Ministros y actualmente la Asamblea Nacional al no poderse reunir por falta de espacio en su sede habitual.
Por último podéis ver el enorme Mercado Central, original del principios del siglo XX pero reconstruido y modernizado a principios del presente siglo. Ahora alberga un enorme supermercado, varias cafeterías e incluso un pequeño museo arqueológico e histórico en su planta inferior. Al lado del mercado se encuentra la Sinagoga de Sofia, la tercera más grande de Europa y con columnas interiores de mármol de Carrara. Se puede entrar previo pago de 10 levas aunque, tal como proclama un letrero junto al acceso principal, puede denegarse el acceso a los visitantes sin la necesidad de dar explicación alguna.
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