Os traigo hoy a la multipremiada película surcoreana Heeojil gyeolsim, estrenada internacionalmente como Decision to leave. Coescrita y dirigida por el aclamado Park Chan-wook, recibió numerosos galardones en Asia, Europa y Estados Unidos, incluyendo el premio al mejor director en el Festival de Cannes. Protagonizada en sus papeles principales por Tang Wei, Park Hae-il y Lee Jung Hyun, la historia que nos cuenta es la de Jang Hae-joon, un inspector de policía de Busan con problemas de insomnio, casado con una mujer que reside en Ipo con la que se ve sólo una vez a la semana. Un día debe ocuparse de un caso en el que la víctima es un antiguo oficial de inmigración que ha aparecido muerto a los pies de una montaña. Tras interrogar a su viuda, Song Seo-rae, a la vez que sospecha de su implicación en el caso, cae ensimismado por la personalidad de esta y poco a poco la convierte en el centro de su obsesión. Finalmente, parece demostrarse que la muerte del ex-funcionario Ki Doo-so fue un suicidio y Jang Hae-joon elimina las pruebas de su investigación que parecían culpabiliazar a Song Seo-rae. Todo se complica cuando, tiempo después, vuelven a encontrarse y el nuevo marido de Song Seo-rae aparece asesinado.
La verdad es que hace años que me hice fan del cine surcoreano, de actores como Song Kang-ho o realizadores como Kim Ki-duk, Bong Joon-ho antes del pelotazo internacional con Parasite o del mismo Park Chan-wook. En general, se trata de un cine muy bien construido, visualmente muy atractivo, con argumentos extensos, profundos y de desarrollo pausado, que además no tiene problema alguno en mezclar acción, horror, humor, erotismo o violencia en una misma historia alumbrando comedias con asesinatos o thrillers románticos sin vergüenza ninguna. En el caso de Decision to leave, aunque existe cierta intriga y el entorno es policíaco, la película tiene poco de thriller, nula acción y la linea de investigación de las muertes es un mero vehículo para mostrarnos el retrato de una obsesión sentimental, enfermiza y muy tóxica, con mucha elegancia y una estética fabulosa. El resultado es una gran película impregnada de una gran tristeza en la que el amor llena todo el metraje –hasta en el personaje del delincuente que mata y se mata por amor–, pero la alegría brilla por su ausencia. En definitiva, para amantes del cine sin prejuicios.
Y por si a alguien le interesa, aquí tenéis un enlace al resumen de películas surcoreanas reseñadas a lo largo de la historia de este blog.
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