domingo, 17 de diciembre de 2023

Star time (1992)


La reseña de hoy es para una bizarrada que se titula Star time con pinta de haberse rodado con un presupuesto bastante bajo y a la que calificaría de slasher experimental. Dirigida, escrita y producida por el realizador neoyorquino Alexander Cassini, cuenta con un reducido reparto encabezado por Michael St. Gerard, un prolífico y solvente John P. Ryan y Maureen Teefy, que por entonces era la esposa de Cassini. La película comienza con un joven algo descentrado deambulando por la ciudad desierta en medio de la noche mientras una voz en off nos dice que todo lo que ocurre en la vida forma parte de una lotería cósmica. No existe lo bueno o lo malo, tan solo son los números que te van tocando y no te queda otra que jugar y jugar. El joven se llama Henry Pinkle y ha decidido suicidarse porque esa noche se ha emitido el último capítulo de The Robertson Family, su serie de televisión preferida. Pero antes de que acabe con su vida le interrumpe un tal Sam Bones, presentador al que Henry tiene visto de la pequeña pantalla. Henry le invita a suicidarse con él y el hombre acepta, pero en el ultimo instante dice que no puede, que su sitio está en el show business para alegrar las almas de los que ahora duermen y ofrece a Henry convertirse en una estrella de la TV. Para conseguir su misión lleva al joven a su casa y le entrega un hacha y una máscara. 
 

Por otro lado nos enteramos de que Henry le había enviado una cinta de video a Wendy, su asistenta social, anunciando que iba a quitarse la vida. Cuando ella la ve, corre a buscarlo y se da cuenta de que sigue vivo. Henry entonces le habla de Sam y de su misión, pero Wendy, que sabe que el chaval está un pelín tarado, decide entrevistarse con Sam y ver de qué va todo eso tan raro que le ha contado. Sin embargo, pronto descubre que la dirección de Sam que Henry le había dado no existe. La verdad es que cuando leí la sinopsis de Star time por primera vez me pareció una propuesta interesante de tintes giallescos. Un tarado, una máscara, un hacha... la película prometía diversión. Sin embargo, la experiencia se ha apartado un poco de lo que esperaba. Las interpretaciones son aceptables, pero el guión es algo pobre. También he mencionado antes la aparente ausencia de un presupuesto holgado. Por otra parte, está bien intentar hacer algo diferente a lo habitual, pero particularmente hubiese deseado un poco más de sangre y violencia y no esta obra con un enfoque más psicológico que físico, más que nada porque el desenlace se intuye desde el principio y uno le encuentra pocos alicientes a la historia conforme avanza. En resumen, indicada para cuando no tengáis nada mejor a mano y llueva o nieve en el exterior.

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