domingo, 3 de diciembre de 2023

Delirio de sangre (1988)


Dedico la reseña de hoy a Delirio de sangre, una película italiana de horror con pinceladas de erotismo muy light escrita, producida y dirigida por el romano Sergio Bergonzelli, todo un hombre de cine que también fue montador e inició su carrera como actor. Se trata de una cinta protagonizada, entre otros intérpretes, por los estadounidenses John Phillip Law –conocido por Barbarella o Danger : Diabolik (ver aquí)– y Gordon Mitchell, la danesa Brigitte Christensen y la francesa Olinka Hardiman. Su argumento nos cuenta la historia de Saint Simon, un pintor cuya mujer ha caído enferma. Sybille, una pianista que espera la llegada de su novio en casa, recibe por el contestador automático un mensaje desde el futuro, una voz femenina que le dice que ya está muerta pero se mantendrá a su lado protegiéndola. Para mayor angustia de la joven, la voz le dice que es su yo del futuro. La mujer del pintor, Christine, no tarda en fallecer y vemos entonces que es igualita a Sybille. Lo que ocurre a partir de entonces es muy raro. Esa misma noche de su muerte, Saint Simon pilla a su mayordomo Hermann besando el cadáver de su esposa. Sin embargo, aunque evidentemente no se lo toma muy bien, el pintor no despide a su sirviente y lo mantiene a su servicio. Lo siguiente que vemos es que ha perdido la inspiración y parece que la cordura. 
 

Un buen día decide que quizás si desentierra a su amada para tenerla de nuevo a su lado podrá volver a pintar. Así que, con la ayuda de Hermann, exhuma el cadáver y ambos –en una escena de lo más bizarro– colocan a la difunta sentada al piano en su estudio. Pero el resultado es patético. Posteriormente, un día en una exposición de su obra, Saint Simon conoce a Sybille y queda prendado por el enorme parecido de esta con su añorada Christine. En el transcurso del evento se separan, pero más tarde –en otra infumable escena en la que el pintor sufre de alucinaciones al volante– Sybille se aparece entre la niebla en medio de la carretera y acepta trasladarse al castillo con el artista. Pero ni así regresa la inspiración a Saint Simon. Pero poco después, el pintor descubre que su mayordomo –al que definitivamente hay que echar de comer aparte– ha violado y apuñalado a una joven y entonces se da cuenta de que la sangre es lo único que le inspira. Así, se dedica a atraer al castillo a las amigas de Sybille para asesinarlas y desangrarlas. La propia pianista se convertirá entonces en una potencial víctima del trastornado pintor y su degenerado sirviente. En fin, amiguitos, Delirio de sangre es en mi opinión una buena idea resuelta de manera mediocre, un truñaco que sin embargo –si uno es consciente de ello antes de disfrutarla– resulta hasta simpática y entretenida. Así que, a por ella.

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