Appuntamento in nero (1990)

La película de la que hoy os hablaré es un enrevesado drama criminal italiano con pinceladas eróticas cuyo resultado final hubiese podido ser mucho mejor con otra dirección, otra fotografía y un guión mejor. Vamos, que la idea en la que se basa el argumento y sus giros no es mala, pero no ha sido acertada –en mi opinión, ojo– la manera en la que se llevó a la pantalla. Dirigida por Antonio Bonifacio, un guionista y ayudante de dirección de Joe D’Amato o Antonio D’Agostino en los 80 que dio un paso adelante en la década siguiente, con más voluntad que talento, nos encontramos esta Appuntamento in nero protagonizada por Mirella Banti, Mary Lindstrom, Sonia Viviani, Andy J. Forest o Daniele Stroppa que comienza mostrándonos la violación de una adolescente llamada Angela. Años después es la esposa de Gianni, un rico hombre de negocios, aunque el matrimonio no funciona. Así pues, vemos que en la mansión de la pareja también vive Eva, una modelo amiga de ambos con la que Gianni mantiene una relación a escondidas de su mujer. Una tarde, Angela simula ser violada en los baños de un cine. ¿La razón?, ni se sabe. 

 

Lo cierto es que el proyeccionista de la sala es testigo de la mentira y no solo chantajea a la mujer sino que incluso acaba violándola él mismo. A partir de ahí, cuando hasta ahora parecía que estábamos ante un thriller con tintes eróticos y una víctima trastornada por un trauma adolescente, comienzan a sucederse giros de guión inverosímiles con amantes inesperados, muertes inesperadas, situaciones forzadas y un final de esos, tipo “¿que no me atrevo a acabar así la película?, sujétame en cubata”. En fin, lo que os he dicho al principio, una historia que sobre el papel prometía y que acabó siendo un ladrillo sin pies ni cabeza. Total, que tanto si amáis la basura cutre como el erotismo casposo “por exigencias del guión” y sólo para que el final os vuele la cabeza, mi recomendación es que busquéis esta Appuntamento in nero y os abandonéis a su visionado con algo de alcohol cerca, eso sí. Si sois gente normal, alejaos.