domingo, 11 de diciembre de 2022

Byleth: El demonio del incesto (1972)


Veamos, piltrafillas. Tras producirse el asesinato de una prostituta –no es la primera que en los últimos tiempos ha fallecido de manera violenta–, vemos como el duque Leonello regresa a su hogar y descubre que su hermana Bárbara ha vuelto a casa después de un año en el que ha visitado Roma y Venecia. La inmensa alegría con la que se reencuentran se trunca cuando la joven le confiesa que se ha casado. Y es que Leonello ha estado enamorado de su hermana desde la infancia. Cuando Bárbara le presenta a su marido, Giordano, la obsesión del duque no hace más que acrecentarse. Al poco, una mujer del servicio de Leonello –que ya vemos que está trastornado– es asesinada poco después de haber estado con él. Y conforme pasa el tiempo vamos asistiendo a la aceleración en el deterioro obsesivo de Leonello, que le lleva incluso a observar escondido a su hermana mientras mantiene relaciones sexuales con Giordano, lo que desde el principio de esta
Byleth: El demonio del incesto nos muestra al galán protagonista como el sospechoso único de los crímenes. Sin embargo, en una fiesta ofrecida por Leonello y su hermana a la alta sociedad de la localidad, el párroco del pueblo –en relación con los últimos asesnatos– propone la teoría descabellada de que sean obra de un demonio, el Byleth del titulo. 
 

Este demonio aparece en el Ars Goetia, un texto del siglo XVI o XVI en el que se narra como el Rey Salomón convocó a 72 demonios para encerrarlos en una vasija. Pues bien, según el párroco, Byleth es un asesino que utiliza una daga de tres puntas, lo que coincide con las heridas encontradas en todas las víctimas. Dirigida y coescrita por Leopoldo Savona, Byleth: El demonio del incesto cuenta con la participación de Mark Damon, Claudia Gravy, Aldo Bufi Landi y Tony Denton entre otros intérpretes. Y si hace unas semanas os comenté una película italiana con asesinatos cuyo único interés residía en los desnudos femeninos que mostraba, lo que decía muy poco de ella, hoy estamos ante un caso similar aunque con ausencia de sangre. Tanto en aquella ocasión como en esta, los mimbres en los que se sustenta la historia no están mal y con mayor oficio, presupuesto y talento podríamos estar ante un producto de serie B interesante. Sin embargo, con unas interpretaciones bastante básicas, una fotografía horrorosa y un montaje algo caótico que resta comprensión a un argumento ya de por si poco claro, estamos ante una película de terror con tintes eróticos y pinceladas giallescas poco destacable, tirando a mala. El final no arregla el entuerto por lo que, para ser honesto, solo puedo recomendar este despropósito a frikis recalcitrantes como yo que, a estas alturas de la vida, nos lo tragamos todo y además con alegría.

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