domingo, 25 de septiembre de 2022

¿Cuanto cobra un espía? (1984)


Mis queridos lectores, los habituales del lugar sabéis de mis simpatías por el realizador Jesús Franco –a quien tengo dedicado un espacio particular en este blog– y que no dejo pasar la oportunidad de descubrir y visionar cualquiera de las cintas de su autoría que caen en mi manos. Por eso hoy toca hablar de esta más bien poco destacable ¿Cuanto cobra un espía? Escrita y dirigida por el inolvidable y otrora incombustible Tío Jess –el año que viene ya hará diez años de su muerte, parece mentira–, nos cuenta las aventuras de unos recién casados con problemas económicos que esperan tener un golpe de suerte gracias a la composición musical en la que trabaja Juan sin imaginarse que espías de diferentes países van tras una fórmula secreta escondida en su coche, aunque tanto él como Ana piensan que el objeto de deseo de todos ellos es una cinta de la música que Juan ha compuesto. Protagonizada por Juan Cozar (es decir Joan Soler, el director de fotografía), Lina Romay con un pelucón rubio, Eva León, Antonio Mayans y Analia Ivars entre otros, tenemos ante nosotros una comedia de detectives bastante inverosímil. 
 

El tono general se advierte tan solo finalizar los títulos de crédito, cuando la recién casada Ana le dice a su esposo que quiere ir a Cadaqués, porque allí “está el pintor ese del bigote” o que él es mejor músico que “Chopin, Beethoven e incluso Julio Iglesias” lo que da una idea del nivel tan desenfadado como infumable de los diálogos de la película, con perlas pretendidamente chistosas del tipo “¿Debe tener usted pasta gansa?” respondida con “Los mejores tallarines se hacen en mi casa”. En fin, ni Quevedo hubiese imaginado algo mejor. Total, que Jesús Franco, su mujer Lina y su inseparable Antonio Mayans formaban una panda de amiguetes que hacían películas como rosquillas y se lo pasaban pipa haciéndolo, pero eso no implicaba necesariamente que no fuesen capaces de parir truñacos como una catedral. Y sí, quizás es excesivo calificar de esa manera a esta simpática comedieta zafia y simplona, pero definitivamente ¿Cuanto cobra un espía? no es un título a destacar entre lo mejor del realizador madrileño. Sin violencia, sin sexo, sin misterio, sin localizaciones exóticas... en resumen, indicada solamente para completistas de la obra de Franco y cinéfilos sin ningún criterio como este menda.

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