Black phone (2021)

Creo recordar que, desde 2019, no había pisado una sala de cine junto a mi esposa. Ayer, sin embargo, decidimos ver una película con palomitas y bebida, siendo la escogida Black phone, la última de Scott Derrickson. Dirigida, coproducida y coescrita por el realizador de Denver –la ciudad en la que se ubica la historia narrada en la película, ignoro si también en el relato de Joe Hill en el que se basa–, el film está protagonizado por un casi irreconocible Ethan Hawke y los niños Mason Thames y Madeleine McGraw, quien para mi tiene la mejor interpretación de la cinta. El argumento cuenta como en una barriada de North Denver, Finney es raptado por un asesino de niños que lo encierra en un sótano insonorizado. En la estancia hay un teléfono negro que, pese a no estar conectado a la línea, comienza a sonar. Finney descubrirá que se trata de víctimas anteriores de su secuestrador, que intentan ayudarle para que no acabe como ellos y pueda escapar de su captor. 

 

Debo deciros que, pese a no tratarse de una GRAN película, Black phone es en mi opinión una buena película de terror con algunos sustitos aquí y allá, que sabe provocar tensión en el espectador pese a que no aporta nada nuevo en lo que a la representación cinematográfica de este tipo de historias se refiere. Y uno de sus atractivos es el obvio aroma a producto de Stephen King que desprende: Fraternidad entre personajes infantiles dotados de una gran valentía y fortaleza en contraposición a los miembros del mundo adulto, una trama policial aderezada con sucesos sobrenaturales... pero si hasta el malo de la película lleva globos con él! Sin embargo, eso no es de extrañar ya que –para los que no lo sepáis– Joe Hill es el hijo de King. Mención aparte merece la declaración de amor del realizador por La matanza de Texas y esa –al menos eso me ha parecido a mi– autorreferencia en el jardín de la casa del asesino a Sinister, también de Derrickson y así mismo protagonizada por Hawke, de la que os hablé aquí. En resumen, entretenida y bien hecha aunque dudo que pase a la historia del cine de terror. Para pasar un buen rato.