viernes, 11 de junio de 2021

UFO – No place to run (Chrysalis – 1980)


Hoy os traigo una vez más a mis queridos UFO, a quienes ya he dedicado varias entradas en este blog. A modo de resumen, os recuerdo que se trata de una banda británica formada a finales de los 60 que editó un par de discos de space rock psicodélico –mucho más interesante el primero que el segundo en mi opinión– y que despuntó a lo grande con su fichaje por Chrysalis records y la entrada en sus filas de Michael Schenker, un genio con tan solo 18 años, nacido para tocar la guitarra eléctrica y que convirtió al grupo en un icono del hard rock setentero. Durante esa década editan álbumes imprescindibles como Phenomenon, Force it, Lights out u Obsession que culminan con uno de los mejores directos de la historia del hard rock. Y entonces, lo impensable –al menos para los fans, porque en el seno de la banda ya estaban algo cansados del carácter impredecible del alemán–, la desaparición de Schenker la víspera de un concierto teloneando a Rush en su gira norteamericana que obligó a Mogg y los suyos a reclutar con carácter de urgencia a Paul Chapman, un viejo conocido que les sacaría las castañas del fuego y acabaría quedándose en el grupo varios álbumes más. Comenzaba una nueva década y UFO tenían ante ellos el desafío nada fácil de sobrevivir sin Schenker. Y lo cierto es que fueron años turbulentos con diversos cambios importantes de formación, pero al menos no desaparecieron. 
 
El primer pasito para ello fue este No place to run, para el que tuvieron a su disposición al mítico George Martin –para siempre asociado a los Beatles y conocido mundialmente como su quinto miembro–, que grabó, produjo y mezcló el disco en sus A.I.R. studios de Londres y la isla caribeña de Montserrat. Así pues, una vez más con Phil Mogg a las voces, Pete Way al bajo, Andy Parker a la batería, Paul Raymond a los teclados y guitarra rítmica pero con el recién llegado Chapman a la guitarra –que en la portada creada como de costumbre por Hipgnosis aparece en un tímido segundo plano– UFO editaron nueva obra. 
 
Y hablando de portadas, mi copia es una primera edición manufacturada por Ariola Benelux en los Países Bajos, con la foto en tono verdoso y la tipografía en color mandarina. Digo esto porque del disco se llegaron a editar diversas versiones con el logo del grupo en grande, con el logo del grupo en pequeño, con el título en la parte superior, con el título en la parte inferior, con letras en blanco, en naranja o azul..
 

El track list fue: 
 
A
Alpha centauri 
Lettin’ go 
Mystery train 
The fire burns tonight 
Gone in the night 
 
B 
Young blood 
No place to run 
Take it or leave it 
Money, money 
Anyday 
 
El inicio del disco es algo extraño, con Alpha Centauri, un tema instrumental de Paul Chapman –como diciendo, aquí estoy yo– lleno de sintetizadores, que sirve de introducción a la hardrockera Lettin’ go que tiene un solo que evidentemente no posee el sonido Schenker característico de la banda, pero que tampoco es moco de pavo. Mystery train es una acelerada versión del blues de Junior Parker en la que Chapman también pone de manifiesto que no es el alemán rubio, pero que sabe cómo tocar rápido su guitarra. Le sigue This fire burns tonight, un temazo pese a que no solo la guitarra de Chapman sino la producción de Martin imprime a la composición un sonido un pelín diferente al que había caracterizado a la banda hasta el momento. Lo mismo puede decirse de Gone in the night, otra de mis favoritas del elepé y una canción estupenda aunque no suene exactamente a los UFO de la década anterior. 
 
En la cara B seguimos con la misma tónica, ramalazos del sonido UFO clásico envueltos en un celofán que aporta matices que en ocasiones se hacen extraños y con una guitarra enérgica que por muy bien tocada que esté nos hace pensar “estos no son mis UFO, que me los han cambiado”. No place to run es otra de mis preferidas del disco, un temazo que nos obliga una vez más a olvidarnos de Shenker –al menos como tripulante del platillo volante, que lo que comenzó a hacer al margen de ellos también forma parte de la historia imprescindible del hard rock de la época– y a dar la bienvenida a los UFO renovados. Take it or leave it es una composición de Raymond delicada y elegante que precede a una Money, money algo más hardrockera con un estupendo solo de Chapman. E igualmente reivindicable es la final Anyday, en la que el bajo de Way adquiere protagonismo en los pasajes tranquilos del tema y donde Chapman pone su sello dejando claro que tenía calidad suficiente como para ganarse un lugar entre Mogg y los suyos. 
 

En fin, que este no sería el álbum que recomendaría a alguien que quisiera escuchar a UFO por primera vez –para eso siempre consideraré que la formación con Schenker setentera es la que le otorgó su sonido distintivo, llamadme viejuno nostálgico– pero ni por asomo penséis que se trata de un lanzamiento de relleno o sin calidad. La valía de la banda y la solvencia del mito que estuvo a los controles en la mesa de grabación hacía impensable tal cosa. 
 





¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla
 
Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com

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