Comienzo el sábado con una entrada de marcado contenido sexual a cargo de la artista rusa Alexandra Rubinstein, una pintora natural de Ekaterinburg que estudió en la Carnegie Mellon University y actulmente se ha establecido en Brooklyn. Habiendo llegado a los Estados Unidos a los 9 años, durante su adolescencia sufrió la misoginia desde ambas culturas. Convertida en artista, además de necesitar una terapia a la que aún hoy asiste, volcó su rabia y resentimiento en sus obras desafiando los prejuicios obsoletos y reconciliando la feminidad heterosexual CIS transformando a la mujer de objetos pasivos sexuales a consumidoras activas. Así, sus óleos son tan provocativos como reivindicativos y humorísticos.
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