Es hora de presentaros al artista norteamericano Pat Rocha, un pintor natural de Topeka que reside en Kansas City. De formación autodidacta desde pequeño, creció junto a diez hermanos en una casa encantada que llegó incluso a ser exorcizada por un sacerdote antes de ser destruida por un tornado. Esos recuerdos, junto a evocaciones infantiles e imágenes de una época pasada, caracterizan una obra en la que alegría y tristeza se entremezclan.
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