domingo, 2 de mayo de 2021

Die Sklavinnen (1977)


La primera reseña del mes es nuevamente para una cinta de nuestro prolífico Jesús Franco, esta Die Sklavinnen producida el mismo año que Blue Rita –actores como Eric Falk aparecen en ambas, aunque con diferente nivel de protagonismo– por el suizo Erwin C. Dietrich, uno de los valedores europeos del Tío Jess que también firma el guión y para la que también –como en la mencionada Blue Rita– se requirieron los servicios de Walter Baumgartner a la música. Encabezan el elenco protagonista la eterna Lina Romay y Martine Stedil, otra habitual de las películas de Franco, junto al orondo portugués Vitor Mendes y el mismo realizador, que se reserva un papel en la trama. La historia, que se cuenta a modo de diversos flashbacks, se inicia mostrándonos a la pobre Martine Radeck presentándose ante la policía dos años después de ser secuestrada y esclavizada por la infame Madama Arminda, la dueña del burdel Pagoda, una mujer con relaciones importantes en las altas esferas que la han salvado siempre de comparecer ante la justicia. Sin embargo, Martine está dispuesta a ayudar a las autoridades en todo lo que pueda para que por fin Arminda pague por sus delitos. Conforme vamos descubriendo las diversas capas de la historia conoceremos la equívoca relación de Arminda y Martine, los movimientos del millonario Amos Radeck para encontrar a su hija –quien no duda en sacar de la cárcel a la Madama para torturarla e interrogarla acerca del paradero de Martine– y la manera en que Ébano –otra prostituta– entra en juego en esta historia de tráfico y corrupción de menores para sacar tajada. 
 

Con exteriores rodados en Lisboa y Sintra –algunas escenas, como la que tiene lugar junto a la Torre de Belém o en una mansión colonial rodeada de un verdor exhuberante, se benefician de decorados espectaculares–, Die Sklavinnen tiene violencia, drogas, sexo y un argumento sin complejidad ni profundidad cuyo interés radica simplemente en ver una vez más a Lina Romay en su salsa y contemplar la habitual retahíla de cuerpos femeninos desnudos con la que Franco jalonaba sus películas. En resumen, un típico producto de Erwin C. Dietrich rodado en paralelo a otros títulos que no está –en mi humilde opinión– entre lo más interesante del realizador madrileño pero que resulta entretenida. Para erotófilos y fans de Jesús Franco.

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