domingo, 25 de abril de 2021

La mansión de la niebla (1972)


Y este domingo os presento una nueva coproducción, esta vez la hispano-italiana La mansión de la niebla, una cinta de terror gótico dirigida por el valenciano Francisco Lara Polop, con argumento y guión del belga Luis Gossé de Blain, considerado uno de los maestros del guión radiofónico y creador del mítico personaje Taxi Key de Radio Barcelona. Protagonizada, entre otros intérpretes, por Evelyn Stewart, Analía Gadé, Lisa Leonardi, Andrés Resino o Eduardo Fajardo, con una breve aparición de George Rigaud –el icónico San Valentín de la imprescindible El día de los enamorados de Fernando Palacios–, nos cuenta una historia en la que diversas personas coinciden en una mansión apartada en medio de una atmósfera angustiosa. En la historia encontramos a un arrogante hombre conduciendo un Ford Mustang, a un motorista, a una autoestopista, a la millonaria Elsa y a su gestor así como al marido de esta y a su amante. Cuando Elsa –seguida por su gestor y su esposa– se dirige en su coche a buscar a su marido para que le entregue unos documentos notariales, el motor de su Jaguar falla en medio del camino, junto a un cementerio. Debido a la espesa niebla que esa noche cubre la zona, su gestor no sólo la pierde de vista sino que sufre un accidente al chocar contra el hombre del Mustang. Por otra parte, desorientados, el motorista y la chica a la que ha recogido caen de su moto no muy lejos de allí. 
 

Así es como encuentran a una asustada Elsa, que cree haber visto en el cementerio a un hombre vestido de chófer acompañado de una anciana vestida de negro. Buscando refugio encuentran una mansión en medio de la nada y, sorprendentemente, abre la puerta el conductor del Ford Mustang. Cuando entran, se encuentran con que el gestor de Elsa y su esposa ya están allí. Todos han ido a parar al hogar de una amable mujer que les ofrece pasar la noche en su casa para resguardarse de la niebla. Sin embargo –sobre todo a causa de una historia de epidemias y vampiros que la mujer les cuenta y que incluye a su excéntrica tía y su chófer–, cuando se disponen a dormir, en la casa se respira un ambiente angustioso. En definitiva, piltrafillas, que pese a lo poco original de la situación, tener algunos aspectos algo ridículos –que cerca de localidades de nombres nórdicos como Milen o Soren aparezca una gasolinera con un letrero en el que pone “lubricantes CEPSA” chirría un poco– y tener un desenlace más que previsible, Analía Gadé y sus compañeros de reparto transmiten muy bien el ambiente opresivo que rodea todo cuanto ocurre esa noche, más aún cuando –como era de esperar– comienzan a producirse algunas muertes. En fin, que yo la hubiese aliñado con algo más de erotismo y mucha más sangre, pero de todas formas resulta entretenida y recomendable.

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