Prosigo la semana con Olivier Monmart, un fotógrafo belga que a mediados de los 90 abrió estudio propio. Enamorado de la belleza del cuerpo femenino, ha trabajado para agencias de moda, en reportajes industriales, sociales y de bodas además de como retratista, vertiente en la que se siente más cómodo y acabó volcándose por completo.
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