Gemini man (2019)

Así es, piltrafillas, hoy os hablaré de Gemini man. No solo eso, os voy a recomendar su visión. Lo cierto es que la crítica no ha sido demasiado benévola con ella, pero ya sabéis que –aunque no niego que me pueden ayudar a la hora de seleccionar o no una película–, la última palabra siempre la tengo yo. Por eso no es la primera vez que os digo que no os fiéis nunca del todo de las críticas, especialmente de las mías. Y con esta película tenía una corazonada: me iba a gustar. Protagonizada por Will Smith y Mary Elizabeth Winstead con Clive Owen como secundario de lujo, la dirección de Ang Lee me aportaba cierta confianza en el producto final pese a las reseñas que había podido leer. El argumento es simple, el de un asesino a sueldo que ha colaborado con una agencia gubernamental durante años y que ahora siente que es el momento de retirarse al ser consciente de que ni física ni mentalmente puede dar el cien por cien. 

Sin embargo, se ha enterado de un secreto que no debía conocer y alguien enviará a otro asesino para acabar con él. La sorpresa es que ese hombre es un clon suyo, más joven y rápido. En fin, que Gemini man es fast food de calidad –Owen ayuda mucho en eso–, una película palomitera de usar y tirar, pero que cumple su cometido. Es previsible, poco complicada, entretenida, con unas escenas de acción aceptables aunque lastrada por su protagonista digital, muy acertado en sus expresiones faciales pero que chirría un poco a la hora de plasmar sus movimientos en las escenas de más acción. No obstante, Ang Lee –que ya convirtió a Eric Bana en un Hulk de CGI– ha salido bastante airoso al llevar a la pantlla a esa especie de Príncipe de Bel-Air con instinto asesino. Lo dicho, vedla y pasaréis un buen rato. Luego, a otra cosa.