Y ahora le toca a Justin Rosenberg, un fotógrafo al que le gusta el café, odia las bebidas energéticas, es fan de Chewbacca y Judas Priest y se ha afincado en Los Angeles tras residir en Florida y en Nueva York. Poco más puedo contaros. Así que, como en casos similares, dejaré que sus instantáneas hablen por mi.
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