Joker (2019)

Piltrafillas, por fin ha llegado el ansiado día en el que se ha estrenado el Joker de Todd Phillips y debo deciros desde ya que es una obra maestra. Tenía muchas ganas de ver lo que hacía el estupendo Joaquin Phoenix con este icónico personaje y la verdad es que no me ha defraudado en absoluto. Es más, ha colmado mis expectativas con creces. Todo en esta Joker coescrita por el mismo realizador es impresionante. La fotografía de Lawrence Sher, el extraordinario trabajo del soberbio Phoenix –que se come incluso al no menos grande De Niro, aquí mera comparsa del protagonista absoluto de este drama–, el sonido, los escenarios, el diseño de producción, la desgarradora música de Hildur Guönadóttir y una banda sonora en la que destacan títulos clásicos como That's life, Smile o esa triste Send in the clowns que no puedo quitarme de la cabeza desde ayer. 

¿Recordáis esa pintada que apareció en Londres a mediados de los 60 y que decía Clapton is God, cuando el guitarrista estaba con los Yardbirds?, pues hoy mismo escribiría yo en cualquier muro Phoenix is God. Así que olvidaos los amantes de los cómics que teníais en mente los orígenes del personaje creados por Moore y Bolland y abrazad esta nueva versión. Y sí, es cierto, tras haber sufrido con el pobre Arthur Fleck numerosos momentos con un nudo en la garganta y los ojos húmedos en los que la tristeza, la impotencia y la rabia hacen comprender al espectador por qué sólo se liberará de su angustia convirtiéndose en lo que todos conocemos, uno no puede por menos que abandonar el cine con mal cuerpo pero sintiendo una gran empatía por ese psicópata. Corred a verla, en versión original por supuesto.