Pues sí, piltrafillas, ya he visto El hijo. Dirigida por David Yarovesky y con guión de Brian Gunn y Mark Gunn, lo cierto es que las imágenes que había podido ver me habían hecho venir muchas ganas de disfrutar de ella, algo a lo que se sumaba la presencia de James Gunn como productor tras el proyecto. Y sin embargo... me ha decepcionado. La premisa de la que parte el argumento es cuando menos original. Todos conocemos los orígenes de Superman, ese extraterrestre criado por un matrimonio que le educa y le convierte en un ser bondadoso y sacrificado que se ocupará de defender a la humanidad de todo tipo de amenazas. Pues bien, ¿qué pasaría si ese niño se torciese y no creciese todo lo bueno que cabría esperar, dedicando sus poderes a hacer el mal y a someter a los humanos? No me digáis que eso no daba para un guión con mala leche y espacio para numerosas reflexiones sobre la naturaleza humana ¿a que sí? Pues de ninguna manera, eso parece al principio pero conforme avanza la película se va diluyendo todo en un subproducto de horror mainstream. Tristemente, el producto final está despojado de intención o de profundidad y se convierte en una película de serie B de lo más previsible, con un protagonista mezcla de Clark Kent y Damien Thorn, en la que no destaca absolutamente nada, si no es la sensación de que el resultado es fallido.
El hijo –por cierto, el título original es Brightburn pero siempre hay algún inepto a sueldo que decide que los espectadores somos deficientes mentales– es una película de amiguetes y familiares al estilo de, por ejemplo, Robert Rodríguez. Es decir, James Gunn produce la cinta, su hermano Brian y su primo Mark escriben el guión y su amigo Yarovesky –que dirigió el video clip Guardians of the Galaxy: Inferno– se dedica aquí a la realización, algo que en esta ocasión al menos le ha venido grande. Y lo peor de todo es que el final –¡horror!– deja la puerta abierta a posibles secuelas. Creo que sólo Alita: Battle angel me ha dejado más insatisfecho en todo cuanto he visto en los últimos años, podéis imaginar el nivel. Total, que esta vez no os puedo recomendar que la veáis si no es que en una tarde lluviosa de domingo no tenéis nada mejor que hacer y queréis saber de primera mano qué es este despropósito que Yarovesky y los Gunn nos han regalado sin ninguna necesidad.
En fin, que para alegrar la reseña os adjuntaré el clip que os he mencionado al principio, creo que es lo mejor que se puede encontrar de Yarovesky.
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