martes, 4 de junio de 2019

Fuzzifixion – The Red Widows (2019)


“And I looked, and behold a pale horse: and his name that sat on him was Death, and Hell followed with him.” Revelation 6:8 

Piltrafillas, mañana sale al mercado en formato digital Fuzzifixion, el nuevo y esperado álbum de The Red Widows que en breve tendrá una edición en vinilo de la mano de los neerlandeses DHU records. Pero gracias a la banda, este que escribe ya hace unos días que ha tenido ocasión de escucharlo... y es una pasada. Dejadme antes que os comente que, cuando uno lee reseñas de lanzamientos en las revistas, aunque se presupone la profesionalidad del redactor, siempre queda la duda de servilismos hacia grupos o discográficas. ¿Qué es opinión y qué es promoción? En mi caso, el caso es mucho peor, ya que se suma a eso la realidad aplastante de que además ni soy periodista ni un entendido. Pero digo yo que, a lo mejor, eso es positivo ya que mis reseñas son las de un simple amante de la música que no entiende de semitonos, corcheas o escalas pentatónicas pero que sabe si una melodía le ha gustado o no. Y si en las reseñas de discos de bandas consagradas expongo mis impresiones de una manera despreocupada –por suerte para mi, esas bandas no leerán mis chorradas en su vida–, con grupos que van a dignarse a leerme siento más pudor. Así pues, con toda humildad e ignorancia, paso a comentaros brevemente este Fuzzifixion

Vaya por delante que no soy un die hard fan del estilo que cultivan The Red Widows en este lanzamiento por lo que no puedo hablar demasiado de referencias o influencias, aunque la religión, el cine de terror, lo oculto o –por ejemplo la obra de Poe y Black Sabbath parecen obvias. Sin embargo, en el aspecto puramente musical puedo deciros que si hay que utilizar calificativos para definir este trabajo podemos escoger pesado, sudoroso, arrastrado, grueso, aterrador o compacto, y que la produccion mejora muchísimo respecto a la de su anterior obra, que por cierto era más proto metal o hard psychodelic. Es por ello que esta apisonadora de asfalto sónica no resulta un maremagnum de notas distorsionadas, lo que se agradece. Así, además de las guitarras, hay que destacar el tratamiento de la voz de Alex, que suena más grave, como de ultratumba, con un reverb catedralicio que otorga a las canciones un aura sobrenatural. 


The Red Widows son Alex Corvino al bajo y voces y el Reverendo Mojofuzz a las envolventes, atmosféricas, distorsionadas y omnipresentes guitarras. Estos han producido los cinco temas de Fuzzifixion de nuevo en los PlyGrnd studios de Barcelona con la inestimable ayuda de Marco Alejandro Papiz como ingeniero de sonido y encargado también esta vez de la batería. A destacar la portada de David Johnson, un fotógrafo dedicado al mundo doom al que no tardaré en dedicar una entrada. 

El track list lo componen los siguientes temas: 

Pendulum 
Lucifer’s maiden 
There’s no God 
Cursed forever 
His name is death 

Pendulum es hipnótica, con sus más de trece minutos al paso marcado por la batería de Marco. Resulta, como todos los temas del álbum, angustiosa y aterradora como una cinta clásica de la Hammer. Y, como en todo el trabajo, la guitarra del Reverendo reina sobre cada pista. Lucifer’s maiden tiene un inicio igual de desasosegante, y es más arrastrada aún que la anterior, con unos graves que harían llorar de envidia a Iommi y Butler y con más de dieciséis minutos de duración. Es como una misa negra de los Coven con sobredosis de esteroides y a la mitad de revoluciones. De mis preferidas sin duda. There’s no God es más de lo mismo, aunque esta vez “sólo” son diez minutos de tema. Y Cursed forever es el tema cortito del álbum, con más de nueve minutos –supongo que será para lanzarlo como single en las radios del Reino Unido, jeje– y que es mi favorita. El disco finaliza con His name is death, otra de mis preferidas que, no sé si es porque es el final del álbum, por lo intenso de la experiencia total o por ese fading final pero después de escucharla uno se queda aplatanado, con el cerebro en estado de embriaguez y con ganas de darle una nueva escucha al disco para apreciar nuevos matices. En resumen, un álbum en el que definitivamente parece que The Red Widows han encontrado su lugar y la senda por la que encauzar su perseverante y no corta carrera. 


Lo cierto es que la obra no es de fácil digestion para los que como yo mismo, no tienen los oídos educados a un estilo doom tan extremo. Exige cierto compromiso, no vale ponerlo de fondo mientras hcemos nosequé. Tampoco es que sean Sunn O))), no os asustéis, pero es un género que no es propicio a captar nuevos adeptos casuales. Esto es para valientes. Aquí no hay cambios de ritmo, solos flashy, coros o melodías de teclados –¡viva los ochenta!–, no amiguitos, en Fuzzifixion no hay descanso ni misericordia, aquí –si me aceptáis el paralelismo culinario– hay que comerse el trozo de lechazo entero, sin ensalada, disfrutando del plato sin acompañamiento que pueda distraernos de la grasita, la piel crujiente y la jugosidad de la carne. Vamos, que parafraseando –y adaptando– a los Manowar en Black Arrow, el Reverendo podría decir aquello de May each note I now play be a black arrow of death to all those who play false doom! 


Así pues, si os gusta el doom, The Red Widows son para vosotros. Descubridlos. Y si ya conocíais a la banda y os gustaron en el breve Rising que con algunas pinceladas ya sentaba las bases de su nueva direccion musical, este Fuzzifixion os encantará por su extension –más de una hora de oscuridad– y por el gran paso adelante que supone en cuestión de sonido. Atentos.

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