Y si comenzaba el día con un estupendo pintor, lo finalizo de la misma manera –aunque en otro estilo– con Olga Esther, una fantástica pintora que creció en el campo rodeada de animales, estudió en la Universidad Politécnica de Valencia y, tras descubrir el trabajo de la antropóloga feminista Marcela Lagarde y finalizar su formación entre la República Checa y México, acabó –según ella misma declara– pintando princesas que no quieren ser princesas. Muy interesante.
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