Le toca ahora al británico Stefano Brunesci, un fotógrafo de moda que reparte su tiempo entre París y Londres. Inspirado por los retratos de las estrellas de Hollywood de los 50 y 60, tras una corta etapa de juventud dedicado a la fotografía de viajes, se pasó a la moda llegando a trabajar para clientes como Maxim, C-Heads, GQ, Missoma, Anita Nemkyova o Florian London. Sus retratos rezuman sensualidad y glamour.
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