La reseña de este domingo es para Fair game, una cinta australiana del género rape & revenge –aunque no queda claro si hay una violación, lo cierto es que se da un caso de abuso físico– de lo más recomendable. La verdad es que nunca había oído hablar ni de ella, ni de su director ni de su protagonista, pero el otro día llegó a mi vía Twitter y me entró el gusanillo. Dirigida por Mario Andreacchio y protagonizada por Cassandra Delaney, nos cuenta como la joven dueña de un santuario para animales medio perdido en pleno desierto australiano se enfrenta a unos cazadores de canguros que decidirán divertirse a costa de acosarla. Mala decisión, amiguitos.
La película comienza de una manera que remite indudablemente a Mad Max aunque en realidad sólo es porque hay algo parecido a una persecución con un coche tuneado en el que viaja un zoquete sin demasiadas luces por una carretera polvorienta del desierto. Pero poco más hay de eso.
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