sábado, 4 de agosto de 2018

Carry on Cabby (1963)


En estos días en los que las agrupaciones de taxistas de Barcelona, Madrid y algunas ciudades más se han mantenido en pie de guerra contra las concesiones de licencias VTC –Uber o Cabify, para concretar–, me ha parecido indicado y oportuno reseñaros esta comedia ligera titulada Carry on Cabby. La cinta pertenece a una serie de 31 películas dirigidas por Gerald Thomas entre los años 50 y 70 –aunque en 1992 filmó la última de la serie, un año antes de fallecer–, así como diversos episodios especiales para televisión. Se trata de la franquicia más longeva del cine británico, que además estaba protagonizada por casi los mismos actores –conocidos como el Carry On Team– en todos sus títulos. En esta ocasión, el argumento cuenta como a Charlie le va muy bien en su empresa Speedee Taxis, a costa de echar al volante más horas que un reloj y descuidar a su mujer Peggy. 


El trabajo lo es todo para Charlie y no tiene intención de alterar sus prioridades. Sin embargo, todo cambia cuando aparece un competidor que amenaza con robarle la clientela, Glamcabs, con taxis llevados por atractivas conductoras. Rodada en los míticos Pinewood studios y protagonizada por Sidney James, Hattie Jacques, Kenneth Connor o Liz Fraser, Carry on Cabby es una comedia trasnochada y previsible de humor blanco y unas interpretaciones mucho mejores de lo que a priori cabría esperar, algo así como la versión inglesa de aquellas películas de Ozores o Lazaga que tanto hemos denostado pero que eran todo un éxito de público y contaban con actores y actrices estupendos que se tomaban muy en serio su trabajo. Y es que el cine no deja de ser un reflejo de la época en el que se rueda cada película. En resumen, entretenida y una buena manera de tomar contacto con un título imprescindible en la historia de la cinematografía británica de masas.

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