Amigos del vinilo, este viernes os traigo un disco de más de treinta años –como si eso no fuese ya habitual en mi–, un álbum de mediados de los 80 que hacía tiempo que no escuchaba. De hecho, siempre me gustó más su sucesor –del que ya os hablé aquí– en la que fue la cortísima carrera ochentera de la banda de Paul Gilbert. Me refiero, claro está, a Racer X y su seminal Street lethal. Para quien no lo sepa, Gilbert fue un virtuoso adolescente que contactó con Mike Varney –el periodista fundador de Shrapnel records y descubridor de guitarristas como Malmsteen, Friedman, Tafolla, Moore, Becker o MacAlpine– interesado por que le consiguiese una audición para Ozzy Osbourne. En lugar de eso, Varney consiguió que admitieran a Gilbert en el Guitar Institute of Technology, donde el chaval acabó dando clases después de graduarse. Allí conoció al bajista John Alderete y al batería Harry Gschoesser, con quienes –junto al vocalista Jeff Martin, un recomendado de Varney– fundó Racer X, grabando a lo largo de 1986 el que sería su primer disco y que hoy comento.
Producido y mezclado por Steve Fontano en los habituales Prairie sun recording studios y con portada de Guy Aitchison –en realidad, el paquete Prairie sun-Aitchison era habitual de las producciones de Shrapnel records–, el track list del disco era el siguiente:
A
Frenzy
Street lethal
Into the night
Blowin’ up the radio
Hotter than fire
On the loose
B
Loud and clear
Y.R.O.
Dangerous love
Getaway
Rock it
Con la instrumental Frenzy comienza la primera cara del disco, sirviendo de preludio a una Street lethal mezcla de heavy metal, speed y shredding que sirve como muestra a lo que podremos encontrar en este álbum. Into the night es más machacona e igual de potente, lo mismo que la que le sigue y las del resto de la obra –aunque On the loose o Dangerous love sean quizás las que menos me emocionan–, es decir, que es difícil destacar un tema sobre otro cuando todos están interpretados con ese nivel de virtuosismo. Las melodías, las voces de Martin –algo chillonas para mi gusto pero potentes–, la base rítmica y los solos son distintos elementos que la producción de Fontano cohesiona de una manera fantástica y que alcanzaría mayor grado de perfección en su siguiente disco. A destacar ese final con una Rock it de tintes vanhalenianos.
En fin, una entrada algo breve para recomendaros un disco más que reivindicable. A ver si en mi siguiente colaboración estoy un poco más inspirado.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com
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