Kills on wheels (2016)

Amiguitos, toca ahora hablaros de Kills on wheels, una comedia agridulce húngara –me parece que es la primera cinta de esta nacionalidad que os presento– que obtuvo una buena acogida en los diversos certámenes a los que acudió. Escrita y dirigida por Attila Till, está protagonizada por el prolífico actor de cine y televisión Szabolcs Thuróczy y los jóvenes actores Zoltán Fenyvesi –toda una estrella en su país, que se dedica a impartir charlas motivacionales y tiene una cuenta de Instagram que se llama El chico de la silla de ruedas– y Ádám Fekete. La historia que nos cuenta es la de Ruspaszov, un bombero que tras sufrir un accidente se encuentra en una silla de ruedas paralizado de cintura para abajo. Lleno de rabia, no acepta su situación y sueña con que volverá a caminar mientras ahoga su ira en alcohol y trabaja como asesino para un mafioso serbio. Cuando su vida se cruza con la de dos jóvenes que residen en un centro médico para discapacitados –uno de ellos también supeditado a una silla de ruedas, con una lesión grave de columna y el otro aquejado de parálisis cerebral–, la existencia de ambos se verá alterada. 

Dotada de una mezcla de melancolía y esperanza, Kills on wheels utiliza la acción para mostrarnos diversos aspectos de la vida de los discapacitados más allá de las trabas físicas, como el rechazo de los progenitores o las dificultades para practicar sexo, todo ello sin tremendismos, con una cotidianeidad llena de momentos alegres y cargados de ilusión que junto a las violentas escenas de acción convierten a esta poco conocida película en una obra muy interesante. Pese a ello, demasiadas pistas en el montaje –un fallo en mi opinión aunque quien sabe si era la intención de Till– hacen que el giro argumental final se vaya intuyendo desde el principio.