domingo, 22 de octubre de 2017

Free fire (2016)


Amigos, pese a que cada semana os hablo de cine, la verdad es que –como muchos ya habréis constatado desde hace tiempo– no soy un entendido en la materia. Así, no soy de esos que siguen a un realizador y conocen su estilo, sus tics o su filosofía. Sin embargo, a veces uno descubre que existe un nexo entre lo que le gusta, un hilo invisible que une todas y cada una de las cintas que le han llamado la atención. Eso me ha ocurrido con el británico Ben Wheatley, director y guionista de esta Free fire que hoy os comentaré, autor también de la excesiva High-rise, la inquietante Kill list y la original Down terrace, todas ellas recomendadas por mi en el pasado. Con fotografía del habitual Laurie Rose y un reparto de lujo en el que destacan Sharlto Copley, Cillian Murphy, Brie Larson y Michael Smiley, el argumento de la película nos cuenta como a finales de los 70 un traficante de armas sudafricano está a punto de cerrar la venta de un cargamento de AR70s a un miembro del IRA de Boston. Sin embargo, todo se tuerce cuando uno de los miembros de la banda del traficante dispara a otro del grupo de compradores. 


Y si hasta ahora –como os he explicado al principio– me había convertido sin darme cuenta en un fan de Wheatley, debo ser sincero con vosotros y deciros que en esta me ha decepcionado un poco. Pantalones acampanados, camisas de cuello ancho, mucho colorido, ex-Panteras Negras, patillas y mostachos setenteros, además de una banda sonora con John Denver o la Creedence convierten a esta película violenta –que algunos han calificado de Tarantiniana, aunque simplemente bebe de las mismas fuentes en las que se abrevó el de Knoxville– en todo un homenaje al cine grindhouse setentero. Excitante y palomitera –en el mejor sentido–, es precisamente cuando comienza la ensalada de tiros a la mitad de la cinta cuando esta sufre un bajón y se desinfla un poco. Pero claro, es sólo mi opinión así que no seré yo el que os prive de ver ilusionados una nueva obra de Ben Wheatley

Por cierto, si antes os he comentado que la banda sonora es muy interesante, mención especial merece la música original de Ben Salisbury y Geoff Barrow.

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