domingo, 3 de septiembre de 2017

The born losers (1967)


Mi segunda reseña es una recomendación sin paliativos, amiguitos. Y es que, pese a no ser una obra de arte, la cinta de la que os voy a hablar tiene a priori varios puntos a favor. Pertenece al subgénero de la bikesploitation, se estrenó en el glorioso 1967 –ya sabéis a qué me refiero– y supuso un hito de la cinematografía norteamericana de los primeros 70. Porque antes que Rambo, antes que Casey Ryback, antes incluso que Scott McCoy, estuvo Billy Jack –un exboina verde veterano del Vietnam, con conocimientos de artes marciales y medio Navajo–, que en esta The born losers hizo su primera aparición de un total de cuatro películas que se llevaron a la gran pantalla. Y al parecer, se rodó incluso una quinta, que nunca se estrenó. Así pues, protagonizada por Tom Laughlin como Billy Jack, dirigida por él mismo como T.C. Frank y producida también por él con el pseudónimo de Don Henderson junto a su esposa Delores Taylor, The born losers nos cuenta cómo una banda de motoristas se dedica a intimidar a los habitantes de una población californiana con la complicidad de aquellos que no quieren tener problemas con ellos y toleran sus desmanes y muestras de violencia. Sólo se enfrentan a ellos el sheriff y Billy, que rápidamente se convierte en el blanco de sus ataques y burlas. La escalada de terror alcanza su punto álgido cuando miembros de la banda violan a cuatro jóvenes del pueblo y sólo una de ellas –Elizabeth James en el papel de Vicky Barrington, autora también del guión– acepta declarar contra sus violadores. Acosada por la banda, pedirá ayuda al valiente Billy. 


Así pues, nos encontramos ante un desfile de estereotipos, tanto en el caso de los motoristas pendencieros con pocas luces como en el de las jóvenes ingenuas a las que atraen ese tipo de hombres y más tarde se convierten en sus víctimas, sin olvidar a la supuesta gente normal, decente pero cobarde. Y entre todos, aparece el mencionado Billy Jack como precursor de todos esos veteranos del Vietnam que intentan integrarse en la sociedad con más o menos suerte y acaban poniendo en práctica en el entorno civil las tácticas de lucha para las que fueron entrenados, siempre al servicio de los desvalidos, pobres víctimas como ellos mismos de una sociedad que les da la espalda. Entretenida, con las virtudes y carencias habituales de toda típica b-movie exploitation –lo que incluye unas interpretaciones patéticas–, The born losers contó con la presencia de una mítica Jane Russell en horas bajas. Total, que como os he dicho al principio, no puedo hacer otra cosa que recomendaros su disfrute pese a que es evidente que nunca estará entre los mejores títulos de la historia del séptimo arte.

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