domingo, 25 de junio de 2017

Wonder Woman (2017)


Despido las entradas cinéfilas del fin de semana con la esperada Wonder Woman, la nueva entrega de Warner Bros. para DC Entertainment que –al igual que antes hicieron en Marvel– han encontrado en la gran pantalla el filón que va a aportarles a ellos un montón de millones y a los que crecimos con los cómics de una y otra editorial unas cuantas alegrías. O eso esperamos todos. La historia que cuenta la película es lo de menos, por conocida, plana y simple. Diana, princesa de las Amazonas salva la vida de un aviador espía norteamericano que trabaja para el ejército británico y ha caído ante las playas de la isla escondida de Themyscira. Descendiente de Zeus, su misión en la vida es la de defender la paz. Así, viajará hasta la civilización –la acción de la película transcurre durante finales de la I Guerra Mundial– para luchar junto al piloto y un reducido grupo de peculiares mercenarios con el objetivo de derrotar al villano general Ludendorff, quien con un devastador gas creado por la infame Doctora Veneno, pretende boicotear el armisticio que Alemania está a punto de firmar. Dirigida por Patty Jenkins y protagonizada por Gal Gadot, Chris Pine y un elenco femenino encabezado por Elena Anaya –que con La piel que habito, parece especializada en personajes con máscara–, Robin Wright y Connie Nielsen, la verdad es que Wonder Woman me ha parecido entretenida y bien hecha. Ahora bien, me he hartado de leer críticas que califican a Batman vs. Superman como la peor basura del universo cinematográfico reciente de DC y a esta Wonder Woman como lo mejor que se ha rodado en años. En mi opinión, nada más lejos de la realidad. Como campaña de márketing funciona, pero ya está bien amiguitos. 


A mi me encantó Batman vs. Superman –ya os lo dije aquí– e incluso Suicide squad, de la que también os hablé en su día. Y quizás me gustaron más precisamente porque la crítica se había cebado con ellas. En el caso de Wonder Woman, pese a que no puedo hablar de decepción, sí que os diré que el resultado me ha impactado mucho menos de lo esperado. El único punto incontestable es que con Gal Gadot han acertado de pleno. La bella y espigada modelo y actriz irradia candor, simpatía y coraje a raudales. Uno llega a creerse que está ante la poderosa hija de un dios que emana ingenuidad, bondad y fuerza a partes iguales. Ahora bien, esa sencillez del producto final que tanto alaban a mi me sabe a poco. Es verdad que la historia del personaje creado por William Moulton Marston es inverosímil y Jenkins ha dirigido una cinta que no pretende ser otra cosa que la simpática puesta en imágenes de un cómic, pero ¿no es el cine de evasión un vehículo para hacernos creer que lo irreal es real y lo trivial de gran importancia? Así pues, prefiero que las más de dos horas que paso en la butaca me intenten convencer de que un tipo que se disfraza de murciélago para salvar a la humanidad y sufre por culpa de sus demonios internos está determinado a fundar una especie de club de superhéroes que asistir a un gran despliegue de efectos CGI y personajes totalmente planos al servicio de un guión simple con desenlace y pretendidos giros de guión de lo más previsibles. En fin, amiguitos, espero mucho más de la Liga de la justicia, donde podremos volver a disfrutar del carisma en pantalla de Gadot aunque espero que la oscuridad de Affleck aporte algo más de enjundia al producto final.

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