En efecto, amiguitos, ya tengo en mi poder los tres temas de Rising, el EP de presentación de The red widows, Las viudas rojas, quién sabe si una referencia a la araña negra de Alice Cooper o incluso a la de L.A. Guns transmutada en rojo sangre intenso o quizás rojo fuego, como el que consume la iglesia reflejada en los ojazos del arácnido de su portada, el mismo fuego que ha servido de alimento a un buen montón de cenizas que han propiciado, cual ave fénix, la catarsis y renacimiento de tres músicos bregados en descargar en directo su mexcla de southern hard blues por los garitos más oscuros y húmedos de New Orleans y que ahora resurgen en pleno Witechapel dispuestos a descargar entre la niebla su nueva propuesta sónica, un arrastrado y grave doom sabbathiano al que denominan heavy fuzz.
Metalhead, thrasher... en fin, jebi de toda la vida, en los últimos tiempos estoy descubriendo propuestas stoner o de psychodoom con muchos puntos en común con el protometal de los 60 y primeros 70, sonidos más cercanos a Sabbath que a Purple, Zeppelin, Metallica o la NWOBHM, por ejemplo. Por eso, esta banda me parece muy interesante. Y lo cierto es que no sabemos lo que deparará el futuro, pero con sólo tres temas en el mercado este Rising me ha sabido a poco y me ha hecho venir ganas de más, por lo que esperaré ansioso su nuevo trabajo, sea otro EP o un larga duración más elaborado. Y si es en vinilo, para qué os cuento.
Grabado en el Plygrnd studio y con una portada realizada por No Master Studio, el line up de la banda lo forman Alex Corvino al bajo y voces, Reverend Red Widow a las guitarras y coros y John Doe a la batería, que nos regalan en este debut tres temas de alto nivel. Witchcraft está caracterizado por un riff toalmente doom, grave, arenoso, con reminiscencias a Children of the grave y un solo que encaja como un guante en el resto de la canción. Lo mismo se puede decir de la batería incansable de John y la voz estupenda de Alex, que además se encarga del bajo de manera notable. Rise, es monolítica, machacona, una monstruosidad sónica que pasa por encima del oyente como una apisonadora y que a la mitad de la canción tiene un cambio de ritmo tirando a martillo pilón –por seguir con el paralelismo– que introduce un nuevo solo del Reverend tras el que regresamos a la calidez de la voz de Alex que flota sobre un riff repetitivo. Y finaliza el EP con una She Wolf que –llamadme loco– parece de Venom. Ese sonido grave, la velocidad de la batería... por un momento parece que vaya a oírse la voz de Cronos. Pero no, escuchamos nuevamente a Alex cantando y machacando el bajo mientras John golpea los parches sin descanso y Reverend nos regala toneladas de distorsión con su guitarra a tope de ganancia. El típico tema simple pero efectivo a la hora de hacerle sudar a uno. El final, con ese frenazo en la velocidad y los efectos de sonido ha quedado de miedo.
Lo dicho. Uno espera la siguiente canción... pero no hay más. Decepción máxima, piltrafillas. No queda otra que estar atentos y rezar por que esta gente dé a luz unos temas igual o más alucinantes que estos y se dignen a juntarlos con los de este primer lanzamiento en un vinilo –a poder ser, de color– que haría las delicias de muchos de nosotros. Ójala encuentren su lugar, se lo merecen.
Podéis comprar el EP en su página de Bandcamp.
No hay comentarios:
Publicar un comentario