viernes, 12 de mayo de 2017

Steeler – Steeler (Shrapnel-1983)


Regreso a este espacio dedicándole una nueva entrada a uno de los álbumes adquiridos en mi viaje de Semana Santa a Japón. Que me gusta Yngwie Malmsteen no es un secreto, durante quince años fui seguidor incondicional suyo y en este blog hay pruebas de ello ya que podéis encontrar mis entradas dedicadas tanto a su primer álbum en solitario como a su presentación internacional de la mano de Alcatrazz. Y precisamente en la primera entrada que os menciono ya os hablaba de Steeler –no confundir con los alemanes del mismo nombre, a los que también os presenté aquí–, la banda por la que el sueco tuvo un paso breve –apenas cuatro meses– pero que dejó huella. Nunca pensé que podría conseguir este vinilo –no era cuestión tampoco de dejarme una pasta en ello–, por lo que por afán completista lo descargué en mp3 e incluso lo llevo en el coche. Sin embargo, por cortesía de Disk Union (Udagawacho, 30−7, アンテナ21 2F/3F, por si alguno tiene intención de ir)... ¡tachánnn! me lo he traído a casa por unos 8 euros y pico. Eso sí, la versión americana, sin funda interior ni grandes alardes de creatividad. Qué le vamos a hacer. 

Total, que en 1982 tenemos al jovencísimo Lars Johan Yngve Lannerbäck en su Estocolmo natal, sonando en emisoras de institutos y enviando una cinta con tres singles a las oficinas de CBS Sweden. El cómo llegó esa cinta a manos de Mike Varney –un periodista norteamericano de veintidós años que tenía una columna en el magazine Guitar Player dedicada a descubrir nuevos valores, y que dos años antes había fundado Shrapnel records– es un misterio que cambió para siempre el futuro del hard rock y la vida de ese chico. Varney se puso en contacto con él y la cosa acabó con Yngwie en la Bay area uniéndose a Steeler –lo cierto es que la totalidad del álbum estaba ya compuesta, aunque pudo aportar un par de ideas– para grabar su debut homónimo en los Prairie Sun studios de Cotati con un aún inexperto Mike Varney a la producción. 


Un Malmsteen primerizo, la producción simplona de Varney y un Ron Keel con un gran potencial vocal pero algo irregular hacen que esta obra no sea perfecta, pero en su conjunto es altamente recomendable y –por lo que supone para la historia del género– del todo imprescindible. Así pues, acompañando a Keel a las voces y guitarra rítmica y a Yngwie Malmsteen a la guitarra solista, completaban Steeler un tal Rik Fox al bajo y Mark Edwards a la batería y labores de composición junto a Ron. En un par de temas, como músico de estudio, encontramos también a Peter Marrino haciendo coros, otro de los fichajes de Varney, que era vocalista de Le Mans y acabaría poniendo voces en los álbumes para Shrapnel records de los Cacophony de Friedman y Becker

Con portada diseñada por Bret H. Linford con fotografías de Mark Workman y Liz Kimmel, el track list de este seminal disco compuesto casi en su totalidad por Keel y Edwards fue: 

A 
Cold day in hell 
Backseat driver 
No way out 
Hot on your heels 

B 
Abduction 
On the Rox 
Down to the wire 
Born to rock 
Serenade 


La primera cara se inicia con Cold day in hell, con unas voces de Keel que suenan poderosas aunque algo forzadas y una producción algo pobre –por desgracia, eso lastra todo el álbum– aunque con un solo de Yngwie impresionante. Realmente puedo imaginar la primera vez que los metalheads de la Bay area escucharon su manera de tocar y seguramente se les desencajó la mandíbula por tener la boca abierta tanto rato. Backseat driver es otro hard rock típico con sonido angelino aunque Malmsteen pasa algo de puntillas por él. No way out tiene una bonita intro acústica y una melodía de guitarra muy parecida a lo que encontraríamos ese mismo año en el primer álbum del sueco con Alcatrazz. En este hard rock, incluso tirando a melódico –el único tema coescrito por Malmsteen, obviando la instrumental que inicia la cara B–, se intuyen las bases de los derroteros por los que Yngwie conducirá su carrera años después. Evidentemente el trabajo de guitarras es estupendo y es una de mis canciones favoritas del álbum. Y si por si no hubiese quedado claro, el siguiente Hot on your heels tiene una larga intro instrumental de un Malmsteen desatado –el típico solo de concierto– en la que manifiesta su maestría y rapidez con las seis cuerdas. En serio Ron, ¿de verdad creías que ese muchachito europeo iba a conformarse con tocar la guitarra en tus canciones? El resto del tema es un estupendo hard rock firmado en solitario por Keel, adornado por los guitarrazos de Yngwie

La segunda cara comienza con On the RoxAbduction es sólo una introducción muy simple, con menos entidad que la de Hot on your heels pero a la que se decidió dar título–, otro estupendo hard rock a cargo del dúo Ron/Mark, simple pero efectivo. Mucho mejor y más elaborada melódicamente es Down to the wire, con un estribillo y un solo matadores, otro de los highlights del disco en mi opinión. Born to rock es otro temazo en la línea general de este Steeler, con un aire festivo y seguramente un momento álgido en las descargas en directo de la banda, en el que Malmsteen también se luce. Y para terminar, Ron se saca de la manga una balada titulada Serenade –las voces de Keel conteniéndose en este tema no me gustan nada, pero nada– en la que Yngwie vuelve a coger la acústica y acaba regalándonos un emotivo trabajo con la eléctrica, con un final de los que le gustan al sueco. 


En fin amigos, a modo de ampliación de datos, deciros que de este disco existen dos prensajes, uno con galleta negra y letras plateadas y otro –esa es la versión que tengo yo– con número SHRAPNEL1007, con galleta plateada y letras negras. 

En quince días, más recuerdos de Japón. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Entrada publicada simultáneamente en ffvinilo.blogspot.com

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