domingo, 6 de noviembre de 2016

Midnight confessions aka Voices of seduction


En una tarde que quiero dedicar a la californiana Julie Strain, mi primera reseña es para Midnight confessions –también conocida como Voices of seduction–, un thriller softcore de 1994 dirigido y escrito por un tal Allan Shustak al que sólo se conoce por este trabajo –vamos, a saber si se trata de un nombre real o de un pseudónimo–, lo que a priori dice muy poco de la calidad del mismo. La historia, que le sirve al realizador para mostrarnos numerosos planos de chicas estupendas desnudas –que en si mismo no es algo negativo siempre y cuando se haga con cierto gusto– nos cuenta como una locutora de radio llamada Vanessa, tiene un programa nocturno dedicado al sexo llamado Confesiones de medianoche. Sus oyentes telefonean al programa para solicitar consejos, explicar sus obsesiones o simplemente para satisfacer sus fantasías eróticas, como Mariana –interpretada por Strain– que se excita con la voz de Vanessa y nos ofrece escenas de autosatisfacción de lo más gratuitas. La locutora se presta a todos los juegos –en realidad no se cree la mitad de las historias y opina que se trata de personas solitarias que necesitan un poco de compañía– hasta que un psicópata asesino de prostitutas la convierte en su objeto de deseo. 


Amiguitos, os seré sincero. Midnight confessions tiene un guión sin sentido, personajes patéticos, nivel de intriga cero al mostrársenos unas pistas demasiado evidentes, soluciones técnicas baratas –la barba postiza del alter ego de John es de mercadillo– y escenas eróticas sin ninguna originalidad. En efecto, estamos ante un claro ejemplo de pura bazofia, un subproducto que ya os anuncio que tiene a Julie Strain como vulgar reclamo tramposo al aparecer en una única escena como personaje sin importancia pese a que en todos los carteles y carátulas de la película se nos muestra como si fuese la protagonista. Lo único que se salva de tal desaguisado para onanistas poco exigentes es el icónico y prolífico Richard Lynch –actor rápidamente reconocible gracias a sus rasgos, resultado de un accidente en el que su cuerpo quedó cubierto en llamas–, habitual criminal en numerosas películas policíacas y series de televisión como Las calles de San Francisco, El Trueno Azul, Equipo A o Starsky & Hutch, que aquí encontramos haciendo del duro detective Harris de la policía de Los Angeles, encargado de la investigación. En resumen, que sólo sirve para seguidores fanáticos completistas de la Strain.

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