Amigos, lo cierto es que cada vez se me hace más complicado escoger uno de los cedés de mi colección sin repetirme demasiado a la hora de elegir grupos de los que hablaros. Digo yo que esa será la razón por la que –sin ser consciente de ello hasta que me he puesto a escribir–, tras un breve paréntesis, repito con Queen en poco más de un mes. Sin embargo, la banda lo vale y es del todo indiscutible que se merece no una sino cuantas entradas sean necesarias para dar a conocer su obra. Total, que hoy llega a este espacio el estupendo The miracle, un disco que salió a la venta siete años después que el Hot space del que os hablé aquí no hace mucho, después de una época en la que gran parte de los miembros del grupo atravesaron diversos problemas de salud –en ese momento Freddie ya sabía que estaba enfermo de SIDA– o de índole familiar.
Producido por Queen y David Richards entre los londinenses estudios Olympic y Townhouse y los Mountain de Montreux, contó con la participación del mencionado Richards a los teclados y sintetizadores, Brian Zellis a la programación y los imprescindibles Freddie Mercury a las voces, piano, teclados y sintetizadores, Brian May a las guitarras, voces, teclados y sintetizadores, John Deacon al bajo, guitarras y teclados y Roger Taylor a la batería, voces, teclados y sintetizadores de bajo y percusión.
Con portada de Richard Gray basada en retratos de Simon Fowler, el track list de la versión en cedé constaba de los siguientes temas:
Party
Khasshoggi’s ship
The miracle
I want it all
The invisible man
Breakthru
Rain must fall
Scandal
My baby does me
Was it all worth it
Hang on in there
Chinese torture
The invisible man 12” version
Una batería programada, sintetizadores y un Mercury jugando a eso que tanto le gustaba de duplicar o triplicar sus voces dan inicio a Party, un tema sorprendente que pese a ese comienzo tan poco halagüeño, se alegra rápido con unos potentes guitarrazos de May. Interesante a la par que sorprendente, al menos la primera vez que lo escuché allá por la parte final del siglo pasado. Khasshoggi’s ship es un rock intenso con sonido típicamente Queen, con una parte que incluso diría que es zeppeliniana, en el que May y Taylor tienen sus momentos cañeros y Mercury disfruta metiendo sus armonías aquí y allá. Entonces llega la estupenda The miracle, una de las imprescindibles del álbum, con diversos cambios de ritmo y melodía en la que los cuatro integrantes del grupo lo bordan. I want it all es todo un himno, un hard rock enérgico y un temazo, lo cojas por donde lo cojas en el que se lucen todos y que es mi segunda canción preferida del disco. The invisible man es un tema que tengo atravesado. Tiene guitarrazos aquí y allá de May que resultan atractivos y también me encanta ese riff de bajo que se va repitiendo... pero la canción en conjunto me resulta cansina y tiene momentos que incluso provocan en mi cierto rechazo. Breakthru tiene un inicio muy años 50 y es otro estupendo tema, pegadizo y de los imprescindibles del cedé. Entonces le toca a Rain must fall, una canción con predominio del bajo –no en vano se trata de una composición de Deacon– en la que May mete un bonito solo pero que me parece una obra menor en comparación con el resto del disco e incluso de la discografía completa de la banda.
Scandal es sin duda mi favorita, por el tema que trata, su melodía, sus arreglos, el solo de May y la desgarrada voz de Mercury. Vamos, que lo tiene todo. My baby does me es otra colaboración Deacon/Mercury con aportes de May –odio el sonido de batería, qué queréis que os diga–, mucho más interersante que Rain must fall, y es una canción de esas que le transportan a uno a un paseo nocturno estival en descapotable por las calles desiertas de la ciudad. Yo sé lo que me digo. Y entonces nos encontramos con Was it all worth it, otro temazo imprescindible de este cedé, un hard rock cañero en el que la batería suena a batería y no a máquina programada. Uno más de mis favoritos. Con él finaliza el álbum en vinilo original, no así la versión en cedé que prosigue con Hang on in there, una preciosa canción firmada por el grupo en pleno que me parece muy buena y no entiendo cómo no se incluyó en el disco en vinilo. No pienso igual de Chinese torture, un solo de May prescindible, y –por supuesto– la odiosa versión maxi de The invisible man, dos temas que no aportaban nada y sólo sirvieron en su día para hacernos picar y que nos pasáramos del amado vinilo al formato cedé.
Total amigos, que con este repaso finalizo mi entrada de hoy. Espero, como siempre, que a alguno de vosotros le hayan interesado estas líneas. Y si he podido provocar en vosotros la necesidad de escuchar de nuevo esta obra, me doy por satisfecho. A modo de bonus, os acompaño unos cuantos clips.
¡Feliz fin de semana!
©King Piltrafilla
Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com
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