Hoy también toca que os muestre una nueva tanda de imágenes de la serie Paseítos, esta vez correspondientes a rincones del Poble Nou, con una especie de bonus a las puertas del Hospital de Sant Pau. En fin, más fotos del King para rellenar el espacio bloguero.
Ese hospital es una pasada; de lo que más me gustó de la Ciudad Condal (baja en nicotina y alquitrán).
ResponderEliminarA mi también me gusta. Sin embargo, lo que para el turista es un edificio precioso y monumental, para algunos barceloneses hasta no hace mucho era un hospital en el que se daban alegrías -ahí nació mi hija, sin ir más lejos- y desgracias, por lo que sus pabellones y túneles son también sinónimo de muerte y llanto. Entré cuando estaban reubicando el hospital a su nuevo emplazamiento al norte del recinto y tengo unas cuantas fotos de los pabellones en obras. Sin embargo, nunca más he entrado. Forma parte de esa Barcelona para turistas que los lugareños raramente visitamos.
ResponderEliminarA los turistas es que nos gusta visitar las cochas más chulas de las ciudades, ¿pero qué idea tiene usted de nuestra cofradía?
ResponderEliminarNo es peyorativo hacia el turismo, no crea. De hecho, fuera de Barcelona, yo pertenezco a esa cofradía. Es mi ciudad, que tiene una vertiente real y otra de parque temático. Así, no hacen más que abrir Zaras, Apple stores, Mangos, Guccis, Armanis, etcétera... mientras desaparecen los comercios de barrio de toda la vida. Los chinos se están quedando con todos los bares y los paquistaníes con los pequeños supermercados de conveniencia en los que hay de todo. Eso y los manteros subsaharianos reventando precios que los pocos tenderos que quedan fuera de centros comerciales no pueden igualar. La calidad es inversa, claro.
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