Un domingo más, dedico parte de mis entradas a reseñar las películas que he visto recientemente. En esta ocasión le toca a Black mass, cinta de Scott Cooper en la que lo primero que llama la atención es la impresionante caracterización de Johnny Depp, con una imagen totalmente distinta a cualquiera que nos venga a la mente al pensar en él. Basada en un libro de Dick Lehr y Gerard O’Neill sobre la figura de James Whitey Bulger, nos cuenta la historia del mencionado Bulger, violento y populista gángster irlandés en el Boston de los años 70 que vio como su poder aumentaba cuando, a cambio de ayudar al agente del FBI John Connolly en su lucha contra la mafia italiana, adquirió impunidad para llevar a cabo sus negocios en la parte sur de la ciudad.
Además de Depp, en Black mass encontramos a Joel Edgerton –que no hace mucho me sorprendió muy agradablemente en The gift, vista aquí–, Benedict Cumberbatch o Dakota Johnson y Kevin Bacon en unos pequeño papeles sin demasiada relevancia. La película está muy bien hecha, las interpretaciones son más que aceptables pero sin demasiadas exigencias –exceptuando la transformación física de un desconocido Depp– y tiene el atractivo de contar con un elenco de rostros conocidos. Yo os la recomiendo, pero ya os digo que se trata de una película de mafiosos sin mafiosos –atendiendo a la definición italian style–, con extrema violencia puntual pero sin que esta sea el leitmotiv del argumento, lo que la convierte en resumidas cuentas en la puesta en imagenes de una historia interesante en el marco de un mundo miles de veces retratado por el cine y la literatura... pero nada más. Entretenida, eso sí.
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