Amigos, pongámonos en situación, estamos a principios de los 90, el hard rock ochentero está herido de muerte, el grunge y el sonido Seattle se han puesto de moda y bandas como Pearl Jam o Nirvana –maldito sea su nombre– se acomodan en las emisoras de rock y las páginas de las revistas jebimetaleras con sus pintas de leñadores tristones aguafiestas. Vade retro, asesinos del rock’n’roll all nite and party everyday. Y sí, Alice in chains también estaban ahí, con Layne Staley luchando con sus demonios. Pero resulta que, gracias a un amigo que me había recomendado el Dirt –recuerdo que me regaló el cedé– descubrí que Cantrell y compañía habían parido un álbum estupendo, que sería grunge o todo lo que queráis, pero que más allá de las etiquetas, me encantaba. Así que, cuando salió al mercado este Jar of flies –alucinante portada de Rocky Schenck con dirección artística de Matt Maurer que, de hecho, fue nominada a un Grammy– no me pude resistir. Así es, me sentía un poco traidor a la causa, pero me importaba una mierda. Los años de adolescencia en los que me negaba a escuchar Europe por principios ya habían quedado atrás, por suerte.
Editado en España por Sony/CBS, el álbum entero fue compuesto y grabado en solamente una semana en los London bridge studios de Seattle y supuso la primera colaboración real de grupo con Mike Inez, quien ya había grabado con ellos los temas finalizados que acabaron en la banda sonora de Last action hero, de la que os hablé aquí. Pese a tratarse de un EP que en un principio ni tan solo estaba destinado a ver la luz ya que la banda quería limitarse a poner ideas en común en el estudio para sacudirse el cansancio y el estado depresivo que arrastraban tras la última gira, hay que decir que se convirtió en un súperventas que en la actualidad ya lleva más de cuatro millones de copias repartidas por todo el mundo. Producido por la propia banda con la asistencia de Toby Wright como ingeniero y mezclador, Jar of flies fue compuesto por el guitarrista Jerry Cantrell –que también escribió algunas letras– y el vocalista Layne Staley. Claro que la mitad de las canciones también contiene importantes aportaciones de Mike Inez, lo que demuestra el grado de implicación del bajista en la banda. Completaba el line up el batería Sean Kinney.
El track list fue:
Rotten apple
Nutshell
I stay away
No excuses
Whale & wasp
Don’t follow
Swing on this
En resumen, siete temas resultones que –para ser un producto de la improvisación con la simple voluntad de pasar el rato– les quedaron de maravilla. Mis favoritas son la fantástica Nutshell, la no menos fabulosa I stay away y sus geniales arreglos de cuerda, la estupenda No excuses y esa preciosa Whale & wasp que, será la manera de cantar de Staley o no sé yo, pero me ha parecido siempre una estupenda tonada para iniciar una siesta veraniega a la sombra de una higuera en esas tardes de brisa húmeda y caliente. Temas de atmósfera cálida y ensoñadora, como de adormidera, ya me entendéis. De hecho, el vocalista ingresó en un centro de rehabilitación para adictos a la heroína justo después del lanzamiento del EP. Por algo sería.
A modo de botón de muestra os acompaño uno de los temas del álbum que refleja bien el sonido general de la obra.
¡Feliz fin de semana!
©King Piltrafilla
Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com
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