domingo, 20 de septiembre de 2015

Kite


Piltrafillas, después de unos cuantos meses resistiéndome a verla –las críticas no eran demasiado alentadoras que digamos–, en un momento de debilidad en el que buscaba algo para ver con mi hija me decidí por darle al play a esta Kite. Dirigida finalmente por Ralph Ziman –y digo finalmente porque la cinta fue uno de esos proyectos que iba de despacho en despacho cambiando de realizador conforme pasaba el tiempo–, el año pasado acabó estrenándose en los Estados Unidos esta película basada en la historia y los personajes creados por Yasuomi Umetsu para su OVA. En la versión de Ziman, el argumento explica como, en una sociedad del futuro que sobrevive tras un colapso financiero a nivel mundial, la huérfana Sawa se dedica a eliminar a los delincuentes de una red de tráfico de niñas para llegar hasta el Emir, su máximo jefe. La razón que guía a Sawa es la venganza por el asesinato de su padre, un agente de policía. En su cruzada tiene la ayuda del teniente Karl Aker, que la abastece de una peligrosa droga que elimina los recuerdos y limpia los posibles rastros que Sawa deja a su paso. 


Amiguitos, la verdad es que Kite no es nada del otro mundo. És más, si nos ceñimos al guión y eliminamos de nuestro juicio todo asomo de empatía o nostalgia, podemos decir que es bastante mala. Sin embargo, los que hemos crecido mirando sin pestañear infectos productos en VHS de factura low cost que tenían lugar en sociedades post-nucleares y cosas así, no podemos hacer otra cosa que ver con cierta simpatía esta película que aporta poco y cuyo desenlace se huele a kilómetros desde el principio de la historia. Pero pese a la evidente falta de presupuesto –está rodada en Johannesburgo–, sus efectos digitales y visuales de baratillo y unas interpretaciones planas, se deja mirar. Samuel L. Jackson es un tipo con oficio por lo que resulta creíble como Aker, aunque ello no le haya exigido demasiado esfuerzo. Por otra parte, si os soy sincero, la aniñada India Eisley está perfecta en su papel de Sawa, claro que se pasa toda la cinta con cara de yonqui apaleada y melancólica. Redondea el reparto –es una manera de hablar– el australiano Callan McAuliffe como Oburi. En fin, que si no tenís nada mejor que ver no estará de más que le deis una oportunidad. 
Por cierto, ya que estamos en un blog que tiene debilidad por el hard rock, os daré dos datos anecdóticos que establecen una conexión entre Kite y el género. Por una parte, por si a algunos os suena el apellido, India es la hija de la actriz anglo-argentina Olivia Hussey y –en efecto– David Glen Eisley, vocalista de Giuffria. Y por otro lado, resulta que Ralph Ziman fue en su día el director de los clips de Epic y Falling to pieces, de Faith no more. Curioso.

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