El sexto día, ya mucho más relajados y bastante cansados por la semana que estaba a punto de finalizar, emprendimos la marcha por los alrededores del Panthéon en dirección a la Rue de Mouffetard, una de las calles más viejas de la capital, llena de tiendas con puestos de fruta, pescado o pasteles a pie de calle y en cuyo extremo final hay un mercado permanente al aire libre. Justo en ese lugar, al lado de la parroquia de Saint-Médard, nos tomamos un desayuno completo con fruta fresca, zumo natural, café au lait, rebanadas de pan, croissants, pan de semillas, miel, mantequilla, tres tipos de Nutella y mermelada. Luego, con el estómago lleno, nos dirigimos en metro hasta la Place de Stalingrad y bajamos paseando por las orillas del canal de Saint-Martin hasta la Place de la République.
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