Hoy dedicaré mis entradas cinematográficas dominicales al cine nipón erótico, y lo haré comenzando con uno de los muchos exponentes de la parte baja de la pirámide. Me refiero a una patochada titulada Strip mahjong: Battle royale, que toma parte de su título de la cinta de culto de Kinji Fukasaku con la que nada tiene que ver este despropósito que supuso la primera de una serie de la que existen tres secuelas y que de ninguna manera debéis tomaros en serio, empezando por su director, un tipo que dice llamarse Mac P. Forever. El argumento nos muestra como cuatro mujeres son llevadas a la fuerza a un estudio de televisión desde el que se emitirá en directo un grotesco reality a través de un canal de PPV. Se trata de Yuka, la líder de un grupo pop, Aoi, una asesora contable, Misuzu, una chica de barrio y Mirai, la dependienta a tiempo parcial de un comercio de conveniencia. Las cuatro deberán jugar al mahjong, pero –en lugar de jugarse las tarjetas de puntos– lo que perderán será prendas de vestir. Y eso no es todo, cuando no les quede ropa que quitarse, recibirán un humillante castigo físico e incluso pagarán con su vida. A cambio, el presentador les promete cubrir las deudas de la ganadora.
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