Piltrafillas, no me andaré con rodeos. He visto Chappie, la última cinta dirigida y coescrita por el sudafricano Neill Blomkamp –así es, el de Distrito_9 y Elysium, ambas reseñadas en este espacio–, y me ha gustado mucho. Protagonizada por el actor fetiche de Blomkamp, Sharlto Copley como Chappie –voz y captura de gestos–, Dev Patel –el mutipremiado protagonista de Slumdog millionaire–, los polémicos artistas de hip-hop electrónico Yolandi Visser y Watkin Tudor Jones, más Hugh Jackman, con la colaboración de Sigourney Weaver, Chappie nos cuenta como Vincent Moore, un exmilitar diseñador de armas que trabaja para Tetravaal –algo así como la OCP de Detroit en RoboCop, pero trasladando la idea a Johannesburgo– en el proyecto Moose, un robot fuertemente armado que se dirige remotamente por un operador humano. Sin embargo, Moore ve como la empresa recorta su presupuesto una y otra vez, relegando el Moose a un segundo plano ante el éxito del programa Scout –a cargo del ingeniero Deon Wilson–, androides con inteligencia artificial, ágiles y autónomos. La policía no hace más que tener éxitos en las operaciones en las que esos androides ayudan a sus unidades y no cesa de aumentar sus pedidos a Tetravaal, que ve cómo sus acciones no paran de subir.
Paralelamente vemos como uno de los Scouts, la unidad 022, es –como dicen en un momento de la cinta– un imán para las balas. No hay misión en la que no le hagan pasar por el taller, esta última por culpa de un misil. Así que Wilson ordena la destrucción de su chasis. Mientras, unos delincuentes que arrastran una enorme deuda con un violento traficante, planean robar el control de los Scouts para poderlos desconectar y así cometer un gran atraco sin miedo a que los androides caigan sobre ellos. Sin embargo, secuestran a Deon Wilson justo cuando se llevaba a casa al destrozado 022 para instalarle un nuevo programa de inteligencia avanzada que podría convertir a los androides en seres librepensadores, susceptibles de aprendizaje y con capacidad creativa. Los criminales obligan a Wilson a programar a 022 para que esté a su servicio. Pero las cosas no saldrán como esperan. Chappie –el nuevo nombre adoptado por ese Scout renacido– resultará ser un robot con miedo a las armas, al que le gustan los dibujos animados, juega con muñecas, pinta y tiene sentimientos. Cuando se entera el envidioso y violento Moore, ve en ello una oportunidad para promocionar su Moose. Eso forzará a Chappie a aprender a golpes a convertirse en más humano de lo que cabría esperar, para lo bueno pero también para lo malo.
Vista en el cine. Entretenida y muy original esa estética, sobretodo la de los dos pollos esos.
ResponderEliminarDespués de verla estuve investigando un poco sobre los actores, pero a esa cafrada de vídeo no había llegado!!! :)