domingo, 12 de abril de 2015

El dios serpiente


Ahora le toca a El dios serpiente, una producción italo-venezolana dirigida por Piero Vivarelli y protagonizada por Gianna Lou Müller –más conocida por el nombre artístico de Nadia Cassini–, una habitual de las comedias eróticas italianas de los 70 que, pese a lo que imagina la mayoría, es norteamericana. En esta cinta, en la que –entre otros– le acompañan la jamaicana Beryl Cunningham y el colombiano Evaristo Márquez, se nos cuenta como Bernard, un industrial frutero, se lleva a su guapa esposa Paola a la hacienda que posee en Jamaica con el fin de pasar unos días de vacaciones. Allí, la chica –mucho más joven que él– conocerá a Stella, lugareña y antigua secretaria de Bernard, una joven con la que entablará amistad y gracias a la que entrará en contacto con los ritos ancestrales del vudú. Un día, Paola asegurará haber visto una serpiente en la playa, en un lugar en el que no viven esos animales. La única explicación es que se trata de Djamballa, el dios serpiente, que se ha fijado en ella. Cuando Bernard deba ausentarse por negocios y Paola se quede en la isla con la única compañía de Stella, le pedirá que la ayude a profundizar en el conocimiento de su religión. 


En fin, amiguitos, aunque El dios serpiente se aleje de la típica cinta erótica, lo cierto es que se centra bastante –por no decir únicamente– en la vertiente sexual de los ritos del vudú y los diversos credos que el sincretismo religioso caribeño aglutina. Tampoco es que se trate simplemente de la típica película que sirve como vehículo para enseñarnos los cuerpos desnudos de sus protagonistas femeninas, que aquí –la verdad sea dicha– se nos muestran con cuentagotas. Tal carencia se suple gracias a la sensualidad arrolladora de Nadia Cassini y una fotografía que resalta el exotismo de los escenarios. Sin embargo, no os llevéis a engaño: el retrato del vudú es superficial y el interés de la película consiste en disfrutar del físico y rostro de la sensual Nadia. En cuanto a Beryl, la verdad es que prefiero mil veces a Pam Grier, que aquí hubiese estado fantástica. Pese a todo, si sois amantes de la exploitation setentera no os la podéis perder. 


Como bonus, os adjunto un par de instantáneas de la Cassini en un rol de motera malota que resulta muy sugerente.

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