miércoles, 25 de marzo de 2015

Damn Yankees – Damn Yankees (1990)


Amigos, los 80 habían finalizado y un nuevo supergrupo venía a sumarse a otras tantas bandas en las cubetas de cedés. Se trataba de Damn Yankees y la verdad es que no sabía lo que iba a encontrarme. En el programa radiofónico del malogrado Jordi Tardá que me servía de guía ocasional sólo había escuchado el single, High enough, una power ballad pastelosa que pese a su exceso de azúcar me tenía enganchado. Así que, sin conocer a Michael Cartellone –¿alguien sabía algo de él–, sin haber escuchado aún nada de Tommy Shaw en Styx –años después descubriría a Mr. Roboto– y pese a caerme como el culo el facha de Ted Nugent –de quién tenía el Penetrator, aunque nunca me llamó demasiado la atención su carrera en solitario– no tardé en comprarme este debut homónimo de la banda. También ayudó que, como podéis ver, al álbum tuviese la pegatina que le identificaba como perteneciente a las series de precio reducido de WEA. Pero, muchachos, en aquella época estaba colado por los Night Ranger de Jack Blades y al saber que formaba parte del proyecto no tuve duda en que el álbum –del que, precisamente, este pasado mes de febrero se ha cumplido el vigésimoquinto aniversario de su lanzamiento– me iba a encantar. 


Y es que, después de fichar por Warner Bros. Records –que puso a Ron Nevison tras los controles–, Damn Yankees facturaron una gran obra de hard rock melódico aunando guitarrazos, coros asesinos y estupendas melodías que les auparon a lo más alto de las listas de éxitos. Así, con Jack Blades a la voz y bajo, Tommy Shaw a la voz y guitarras, Ted Nugent a las guitarras y coros y Michael Cartellone a la batería –con la ayuda de Alan Pasqua al Hammond B3 y una buena cantidad de músicos de sesión a la percusión, secciones de cuerda, viento y metales– el disco de debut de estos tipos experimentados salió al mercado hace ahora 25 años. 


Con portada diseñada por Kim Champagne y fotografiada por Ethan A. Russell, grabado entre los A&M studios y los Can-Am studios, el track list de este Damn Yankees era: 

Coming of age 
Bad reputation 
Runaway 
High enough 
Damn yankees 
Come again 
Mystified 
Rock city 
Tell me how you want it 
Piledriver 

Después de este multiplatínico debut, la banda repitió fórmula con una meritoria continuación –Don’t tread, que también compré– que “sólo” consiguió certificación de oro por lo que, en un mundo discográfico dominado por contables en lugar de amantes de la música, la aventura finalizó. 


Os dejo unos cuantos temas para que, si no lo habíais hecho ya, disfrutéis de este grupo, comenzando por Coming of ages, continuando con Runaway –una de mis preferidas–, el inevitable single High enough, Come again –con un estupendo solo– y finalizando con Piledriver, exponente de los temas más guitarreros y menos AOR del cedé. 






¡Feliz fin de semana! 
©King Piltrafilla

Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com 

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