Este es Antoine Renault, un artista de París que comenzó a pintar gracias a un día sin viento en el que se desesperaba por no poder salir con su tabla de windsurf y a su abuela, una pintora que para distraerle le dio un lienzo y unos pinceles. A partir de entonces, con el mar y la luz como protagonistas principales de sus cuadros, Antoine inició de forma totalmente autodidacta una carrera que le llevó hasta Nueva York, en donde frecuentó numerosos museos y descubrió a Hopper o Winslow Homer, dos de sus reconocidas influencias.
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