Les nuits rouges du bourreau de jade

Mi primera reseña cinematográfica del año se la voy a dedicar a Red nights, o Las noches rojas del verdugo de jade, una mezcla de cine negro europeo y thriller erótico asiático escrita y dirigida por Julien Carbon y Laurent Courtiaud. El argumento nos cuenta como una misteriosa mujer de Hong Kong apodada Jade, fascinada por la búsqueda del placer a través de la provocación de dolor extremo, está obsesionada por una antigua leyenda sobre un verdugo que había creado una poción que privaba a sus víctimas de la capacidad del movimiento pero mantenía sus sentidos despiertos. Por otra parte, una delincuente internacional llamada Catherine se introduce en Hong Kong ilegalmente tras asesinar a su jefe en Macao y robar a un peligroso traficante un antiquísimo cofre de la época del primer emperador de la China que, al parecer, esconde un potente veneno. A partir de entonces, dará lugar un peligroso juego del gato y el ratón al que no será ajeno el Señor Ko, verdadero dueño de la extraña antigüedad. 

En fin, piltrafillas, un estupendo y visualmente muy atractivo thriller cargado de violencia, sexo perverso y tensión. Una mezcla de cine negro, tempo pausado y neo-giallo a lo Hélène Cattet y Bruno Forzani, en el que el rojo sangre predomina sobre los demás colores en una fotografía preciosa al servicio de un guión opresivo que sirve de vehículo al tour de force entre Carrie Ng y Frédérique Bel. Una joyita escondida que, además, se llevó el premio a la mejor banda sonora original en el Festival de Sitges en su edición de 2010.