Hoy le toca al norteamericano Douglas Ross, artista irlandés de adopción que además de pintar y esculpir –algo para lo que siempre ha utilizado la cámara a modo de inspiración y para tomar instantáneas que sirviesen de base para sus obras-, dedica buena parte de su creatividad a la fotografía. Es un enamorado de Italia, la mitología y la maternidad.
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