miércoles, 3 de diciembre de 2014

Skyclad - The silent whales of lunar sea (1995)


Amigos, definitivamente este no es un álbum que haya pasado a la historia por haber alcanzado el reconocimiento de fans y crítica a nivel internacional. Vamos, que me sorprendería mucho si el número de los que lo conocéis supera el de los dedos de una mano. Ya lo dice mi editor, “comenta novedades, que tienen más lectores”. Pero yo, como Paco Martínez Soria en aquella cinta de José Luis Sáenz de Heredia, erre que erre con mis cedés de los 90. Y hoy, con uno que no conoce ni Dios. Total, que allá voy con afán divulgativo y formativo para que los ávidos visitantes de este blog sedientos de saber adquieran culturilla. Voluntarioso que es uno. 

El origen de esta obra lo encontramos diez años atrás, cuando el vocalista Martin Walkyier y el bajista Fraser Craske estaban en una banda llamada Hydra a la que se unió como guitarrista Andy Sneap, cambiando el nombre del grupo a Sabbat con la llegada de Simon Negus a las baquetas. Después de dos álbumes míticos en el thrash británico, Walkyer dejó a la banda por diferencias con Sneap sobre la dirección musical que estaban tomando y junto a Steve Ramsey –guitarrista de Pariah- fundaron el que tenía que convertirse en el grupo definitivo de metal pagano. Para ello escogieron el nombre de Skyclad, un término que se refiere a los rituales nudistas de creencias como Wicca, una religión aparecida en la Gran Bretaña a mediados del siglo pasado que toma elementos del paganismo clásico y –entre otras cosas- tiene como deidades a la Diosa Madre y el Dios Cornudo. ¿Grotesco?, pues vosotros diréis lo que queráis, pero yo veo más ridícula la carrera del gran Ritchie Blackmore disfrazado de juglar. 


Total, que con la aportación de otro ex-Pariah, el bajista Graeme English, y el batería Keith Baxter, Skyclad firmaron con Noise International y lanzaron su primer álbum en 1991. Pues bien, este The silent whales of lunar sea –un juego de palabras, ya que el nombre suena como The silent wails of lunacy (*)- fue el quinto álbum de los británicos, que se grabó en los Lynx studios y tuvo a la producción al mismo grupo y a Kevin Ridley. En él estuvieron Martin Walkyer a las voces, Steve Ramsey a las guitarras, mandolina y teclados, Graeme English al bajo, guitarra acústica y teclados, Keith Baxter a la batería y percusión, la pelirroja George Biddle a los coros, teclados y fiddle –en realidad, un violín de música folk- y Dave Pugh a las guitarras, banjo y coros. La portada corrió a cargo de Duncan Storr

El track list fue: 

Still spinning shrapnel 
Just what nobody wanted 
Art-nazi 
Jeopardy 
Brimstone ballet 
A stranger in the garden 
Another fine mess 
Turncoat rebellion 
Halo of flies 
Desperanto (a song for Europe?) 
The present imperfect 


A falta de una grabación completa, os acompaño los clips de aquellas canciones que destacan –en mi opinión- sobre algunas que no me parecen nada del otro mundo. Así pues, como extensa muestra de la espléndida mescolanza de folk y thrash que es este infravalorado The silent whales of lunar sea, adjunto Still spinning shrapnel –de mis favoritos del cedé-, Just what nobody wanted, Jeopardy –mi preferida, con sus teclados, ese inicio de voces infantiles y un sonido menos folk y más parecido a unos Mercyful Fate- y A stranger in the garden, quizás de las menos thrasheras, con unos arreglos muy bonitos a los que acompaña un riff grueso y repetitivo de guitarra. 

Le sigue Another fine mess, el tema más largo del álbum que se inicia cual balada, con sonidos imitando al clavicordio y guitarras acústicas... hasta que coge energía con la entrada del violín y un gran trabajo de guitarras. Halo of flies –nada que ver con Alice Cooper- es un estupendo thrash clásico, con unos arreglos de guitarra estupendos y –como a lo largo de todo el álbum- el omnipresente fiddle de George. Sin duda, otra de mis favoritas, con una melodía que tiene reminiscencias –al menos eso me parece a mi- a la de Crack Hitler de los Faith no More. El final llega con The present imperfect, una preciosa canción que alterna pasajes de thrash y delicados momentos a lo Blackmore’s Night que supone un estupendo final de disco en el que también escuchamos a George a los coros. 


En fin amigos, espero haber contribuido con este granito de arena a despertar vuestra curiosidad y a propiciar que descubráis a un grupo que –al menos en nuestro país- no gozó de la fama de otros coetáneos. 








(*) Las ballenas silenciosas del mar lunar suena en inglés como Los lamentos silenciosos de la locura

¡Feliz fin de semana! 
©King Piltrafilla

Entrada publicada el pasado viernes en zeppelinrockon.com 

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