lunes, 29 de diciembre de 2014

Navidades bajo la niebla en Montgai


Pues ya está, amiguitos, un año más ya han pasado las Navidades. Y como es costumbre en mi familia política, nos hemos juntado suegra, cuñados y sobrinos en un punto de la geografía catalana para pasar estas fechas en compañía. Como cada año. Lo que ocurre es que soy poco sociable. No me entendáis mal, quiero a mi familia y me lo paso muy bien con ellos, pero en estas fechas en las que nos reunimos en alguna masía o establecimiento de turismo rural casi una veintena de personas –ha habido años en que hemos rebasado ese número-, soy de los que necesita que corra el aire, tener un espacio propio, aislarme de todo y de todos durante diversos momentos del día. Y eso, cuando en un comedor con apenas uno o dos sofás, se juntan más de diez personas en todo momento –a las horas de comer y cenar ya ni os cuento-, es complicado. Así pues, además de pasar buena parte del día con la consciencia nublada por la continua ingesta de alcohol, hay ratos en los que me dedico a esconderme en la habitación escuchando música o me escapo con la cámara en ristre para cazar imágenes. En el fondo, todo es una excusa para encontrar ese ansiado espacio al que antes me he referido antes de regresar al abrazo familiar y compartir risas, billar, dominó, alcohol y comida, mucha comida. Por eso, una vez más, a punto de finalizar el año, os ofrezco una serie de instantáneas dedicadas a mis Navidades, que en esta ocasión han transcurrido en Montgai, pueblecito de la comarca de La Noguera en el que -exceptuando unas trincheras del Frente del Segre- no hay absolutamente nada que ver y del que en los cinco días que he pasado allí, sólo el último se retiró la niebla.

1 comentario:

  1. Tiene que ser como el paraíso. La casa llena de gente, los niños corriendo, jugando, chillando. Y en los alrededores el retiro, la bruma absorbiéndolo a uno, cámara en ristre en busca de tesoros... entre la niebla. Jijiji. Espero que lo pases de película.

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