domingo, 19 de octubre de 2014

Perdida


Piltrafillas, ayer dejé la seguridad de mi hogar y caminé media hora hasta una multisala para ver Perdida, lo último de David Fincher basado en la novela homónima de Gillian Flynn, quien por cierto firma también el guión. Las críticas que había leído en diversos medios coincidían en destacar positivamente la cinta y era una de las que tarde o temprano tenían que caer. Sin embargo, esta vez no he esperado a que alguna alma caritativa la pusiese a mi alcance en la red y he ido a su encuentro a paso ligero. 


Amiguitos, Perdida es una película de la que es mejor no conocer gran cosa y afrontarla desde el principio casi sin saber de qué va. En ese sentido sólo os diré lo que ya podéis ver en las sinopsis publicadas y es que una mañana, justo el día de su quinto aniversario de boda, Nick descubre que su esposa Amy ha desaparecido. A partir de ese momeno se forma un circo mediático en el que el afligido marido –aunque desde el inicio ya vemos que el hombre, más que preocupado por la vida de su mujer, lo que está es harto de la situación- cada vez parece más culpable ante la opinión pública. Mientras, el guión le va llevando a uno por terrenos equívocos, alternando la versión de la historia desde el punto de vista de Nick con flashbacks de los cinco años juntos narrados por Amy. Hasta una primera sorpresa, que no lo es tanto –al menos para este que os escribe- por esperada y hasta cierto punto obvia. Sin embargo, la enjundia de la cinta no es ese giro de guión más o menos previsible sino lo que ocurre a partir de ese momento de la historia, con un in crescendo paulatino que desemboca en un final que no defrauda. 


Hasta ahi, una estupenda cinta de Fincher, con interpretaciones estupendas, un guión sólido, leves pinceladas de humor y una fotografía muy buena. Sin embargo -y aquí es donde cada cual podrá decir si está de acuerdo o no conmigo-, llegado ese punto del metraje, a la cinta aún le queda el epílogo, un epílogo que personalmente no me dejó para nada satisfecho, aunque admito que es un final muy fincheriano. Total, una de esas buenas películas que –además- provocan debate entre los espectadores. Y la banda sonora, de Trent Reznor. Recomendadísima.

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